Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

La diferencia entre sus “yoes” se comunica no sólo a través del texto, sino por medio de cambios sutiles al mismo tiempo contundentes en la voz, gestos y corporalidad, crea la sensación de una conversación interna que permite atravesar registros emocionales y psicológicos. Esta doble personificación constituye el núcleo performativo que sostiene la propuesta escénica que logra con la actuación el protagonismo central y memorable de la puesta.

El recurso de diálogo interior, que se manifiesta en una dinámica de distanciamiento y reflexión crítica, remite a uno de los fundamentos del teatro de Bertolt Brecht, y lo que él denominaba Verfremdungseffekt (efecto de alineación), que busca impedir la identificación pasiva del espectador con el personaje e invita a la reflexión crítica sobre la condición humana y las estructuras sociales. Almas comparte con Brecht la utilización consciente del distanciamiento, la construcción social de las identidades, y evita la ilusión de naturalidad en la representación.

La transmutación de la actriz al pasar de una voz a otra opera como un dispositivo brechtiano; mantiene visible la artificialidad del diálogo interno y evita el realismo psicológico estrictamente convencional. La obra expone la fragmentación del sujeto a través de la división de la voz, desdoblando el yo en dos facetas que confrontan aspectos espirituales y físicos del ser, al tiempo que posibilita una meta-reflexión sobre la subjetividad y el anhelo de trascendencia. Esta construcción pone en evidencia cómo el teatro puede ser un espacio para explorar el conflicto entre apariencia, esencia y la problemática tensión entre lo ideal y lo material; la puesta se enmarca en una línea que combina elementos de teatro psicológico y del absurdo con el empleo de gestos estilizados y escenografía austera que limita el espacio al interior de una habitación de hotel.

La dirección de Patricio Azor elige subrayar el aislamiento de la protagonista con la escenografía minimalista, a través del uso sutil de la iluminación que crea espacios de sombra y luz que evocan las zonas grises de la mente humana. La habitación de hotel, como metáfora de tránsito y temporalidad, se convierte en un espacio que a la vez atrapa y libera a Marion.

Dentro del espacio cerrado, Marion despliega su biografía sobre la búsqueda del alma, o de algo evanescente que está en su imaginario y que manifiesta en una descripción idílica; idealización de un “amor especial”, alejado de los aspectos pedestres que conlleva cualquier situación y que la protagonista persigue como una utopía; el discurso de Marion se estructura en torno a la dicotomía entre lo espiritual y la fantasía de la realización plena del plano intangible, en oposición a la realidad corpórea y material que representa el género humano, masculino, físico. Este conflicto se materializa especialmente en la figura del esposo, cuyo cuerpo y manifestaciones físicas –como el sudor– generan en la protagonista rechazo y desagrado. Crece la tensión entre el idealismo espiritual y las contingencias corporales, revelando las complejidades de la experiencia humana en relación con la identidad, la alienación y el deseo de algo invisible e indefinido; la mucama (Ximena Di Toro) funciona como un eco que imita la figuración y los movimientos de Marion, sumando a la propuesta una dimensión simbólica que dialoga con las relaciones de poder y la construcción mimética de la identidad.

Marion, con la transmutación constante entre voces y estados emocionales constituye un prodigio interpretativo; pone en escena una reflexión ética y estética sobre la condición humana, la búsqueda del alma y la distancia entre el ser y su representación. Esta articulación entre texto, actuación y concepción teatral asegura que la obra se inscriba en una línea de teatro que no solo entretiene sino que invita a pensar críticamente la realidad desde la belleza y la reflexión.

Hay un contacto interesante con corrientes de la escuela de dramaturgia contemporánea, a pesar de la temporalidad que se puede ubicar en la década del ochenta –escenografía y vestuario (Alejandro Mateo), teléfono a disco, cigarrillo con larga boquilla, como las divas de Hollywood– particularmente con las tendencias del teatro de la alienación y del teatro de la imagen, donde el foco se encuentra en la exploración de lo performativo y la representación simbólica de las identidades y sus conflictos. Este vínculo se revela en la construcción física y expresiva del personaje de Marion que articula la relación con la mucama, una dinámica de imitación y doble juego que problematiza la noción de identidad y autenticidad.

El cabello al estilo Marilyn Monroe y la gestualidad extraídos de las caracterizaciones de la clase alta en el cine, con elementos formales que acentúan la idea de simulacro, ligados a las reflexiones brechtianas sobre la exhibición del artificio fomenta la conciencia de espectador de teatro que tiene ya la imagen instalada. La mucama, en su mimetismo con Marion, refleja la tensión social de clases y subraya la capacidad de la actuación para cuestionar y deformar la realidad, mostrando la fragilidad y ambigüedad de identidades.

Marilyn-Marion se construye con elementos estilísticos que remiten a una figura icónica y reconocible dentro de la cultura popular que funciona como signo y que ubica al personaje dentro de un imaginario social asociado al glamour, la sofisticación y algunas convenciones de la clase alta. La apariencia es puesta en tensión mediante gestos y actitudes que parecen imitados o ensayados, como si Marion estuviera representando un rol a partir de la observación de películas o de relatos visuales sobre “la mujer ideal” o “la mujer de clase alta”. La teatralidad de sus movimientos y la exageración en las expresiones facilita que el espectador tome conciencia crítica sobre lo representado.

Esta figuración no se limita a Marion, se traslada a la mucama, cuya imitación toma otro reflejo: en lugar de emular modelos provenientes de cine o cultura masiva, la mucama imita a la propia Marion, reproduce sus maneras, su lenguaje y su imagen en un proceso de duplicación que crea un juego de espejos. Esta dinámica remite a los postulados del teatro de la imagen, donde la repetición y reflejo entre personajes se utilizan para ilustrar conflictos internos y relaciones sociales de poder que se manifiestan en la dependencia y la subordinación. La mucama, al reproducir la figura y los gestos de Marion, no solo revela el mimicry inherente a relaciones asimétricas –propio de los estudios poscoloniales sobre la construcción del sujeto a partir de la imitación del amo o dominante– sino que enuncia una especie de mimetismo que trastoca las diferencias de clase y jerarquía, haciendo visible la tensión entre la identidad individual y la representación social.

Almas dialoga con algunas de las propuestas del “teatro del absurdo” y con las búsquedas estilísticas que se vinculan al “teatro psicológico” contemporáneo. La expresividad exagerada y la gestualidad afectada de Marion es un dispositivo para evidenciar la fragilidad y la alienación del sujeto en un mundo marcado por superficies y simulacros donde la autenticidad se vuelve un ideal abstracto difícil de alcanzar. La mucama exhibe cómo la imitación constituye tanto una forma de servidumbre como un modo de apropiación simbólica, situándose en una frontera ambigua entre el poder y la sumisión.

El uso de los elementos visuales y gestuales enriquece la obra, activa la reflexión respecto a las formas en que las semejanzas se representan, reproducen y transforman socialmente a través de códigos culturales.

La escena despliega una configuración que va más allá de la narrativa textual para inscribirse dentro de una dramaturgia económica en imágenes, gestos y símbolos, donde la imitación y la duplicidad se constituyen en dispositivos privilegiados para la interrogación ética y estética.

Almas ofrece un espacio escénico que invita a repensar los límites entre la apariencia y la esencia, el individuo y el otro.

La dinámica entre Marion y la mucama trasciende la funcionalidad dramática y sugiere una tensión velada entre lo visible y lo oculto, lo consciente y lo reprimido; propone un juego de poder y dependencia que se abre a la lectura de la obra al comentario social sobre las relaciones humanas y la marginalidad afectiva en un intercambio que problematiza la idea tradicional de personaje unitario y autónomo, presentándolos como construcciones eficientes que se definen mutuamente en contextos de réplica y diferencia.

Abordar los textos de Griselda Gambaro supone un desafío que combina elementos absurdos, críticos y éticos que exigen un compromiso actoral para encarnar personajes complejos. Un desafío actoral enfrentado son maestría.

La actuación de Alcira Serna, en el papel de esta mujer soñadora y deseante, es notable; tanto en las acciones de la  carga expositiva  que significa ser el sostén del relato de su pasado-pesado. El crecimiento de la necesidad y el reclamo por un tiempo que siente denigrante, enriquecido con los cambios de voz y registro de acciones que ponen en juego aspectos de la comedia amarga y se acerca a un grotesco con efecto compasivo, por momentos humorístico, una actuación que se agiganta; y no he mencionado la historia que se cuenta, potente, intrigante, desbordante, que la dejo para el paladar del público; lejos de quedarse en la simple dicotomía entre el deseo y la frustración, instala un clima intenso que revela el conflicto entre las apariencias y la autenticidad del ser; experiencia que va más allá del monólogo introspectivo, proponiendo una exploración profunda sobre la soledad y la búsqueda de identidad en el mundo contemporáneo.

Notable protagonismo de los cambio de expresión, voz, iluminación (Lucas Orchessi) en el pliegue gestual de Marion, relieve que en la obra que impacta especialmente.

 

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

 

Autoría: Griselda Gambaro

Actúan: Ximena Di Toro, Alcira Serna

Vestuario: Alejandro Mateo

Escenografía: Alejandro Mateo

Iluminación: Lucas Orchessi

Diseño gráfico: Patricio Azor

Asistencia de dirección: Magui Zilli

Prensa: Paula Simkin

Producción ejecutiva: Claudia Quinteros

Dirección: Patricio Azor

 





Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

    Ana Abregú, escritora, con formación en ingeniería electrónica trabaja como SEO posicionamiento y Community Manager, ha publicado novelas, poemarios, relatos, ensayos y crítica literaria. Editora y redactora de la revista Metaliteratura. (http://www.metaliteratura.com.ar), shop de libros editados: http://shop.metaliteratura.com.ar. Obras: SO( Crónicas Octubre 2024 –diciembre 2024), crónicas, enero 2025; INTRꜴVERSIÓN, poemario, enero 2025; Novela en curso, ensayos, enero 2025; Terrorrisa, ensayos, enero 2025; Borges comentado, ensayo, crítica, enero 2025; Ante (Crónicas, septiembre 2023 – diciembre 2023), crónicas, Enero 2025; Tiples (Relatos, enero2025); Viceversa (Crónicas, Enero 2024 – Septiembre 2024), enero 2025;Didascalias , (Artículos dramaturgia julio 2024); Bitácora de escrituras, Recursos literarios, 2024, U (Crónicas junio 2023 – agosto 2023), crónicas, 2024; E (Crónicas enero 2023 – mayo 2023), crónicas, 2024; Ulises en su laberinto, ensayos, junio 2024; Las razones de la sal, novela, enero 2024; Venablos, poemario, 2023; A (Crónicas, agosto 2022, diciembre 2022), 2023; Errancias del ayés, relatos, 2023; Conversaciones con Žižek, relatos, 2023; Blogs para el posicionamiento, SEO posicionamiento, informática, 2022; O (crónicas 2022 – agosto 2022), 2022; Ignitos, relatos, 2022; Y (Crónicas, abril 2020 - febrero 2022), 2022; Teorema de la Lengua, poemario, 2022; Pentimentos. novela, 2022; Supay, novela, 2021; El Pallo Gelao, humor gráfico, 2021; Pareidolia, crítica literaria, 2021, Antí(eu)fon(í)as, poemario, 2021; Textorios, ensayos, 2021; Cíngulos, ensayos, 2021; Descontextos, ensayos, 2021; La mujer fingida, novela, 2020; Atrave(r)sar, poemario. 2020; Dédalo. novela. 2020; Ex criaturas. microrrelato, 2020; Señales del tacto, novela. 2020; Mover el punto, novela. 2019; El espejo deshabitado, novela. 2019; Paranoxia Dalí, novela, 2018; Adelaida Sharp en tu tiempo, novela, 2017. Se consiguen en Amazon.

DESTACADOS

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

 

 

 

DRAMATURGIA

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

Dichas y desdichas del juego y devoción por la virgen por Ana Abregú

El teatro es un espejo que pone delante de los hombres a la realidad, con todas sus grandezas y sus miserias

[Lope de Vega]

 

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

[Williams Shakespeare].

 

Comedia alegórica con estructura del Siglo de oro español, y conexiones con el universo shakespereano. Comedia aurisecular escrita por Ángela de Azevedo, con la adaptación de Julieta Soria. En esta obra, el escenario se convierte en un tablero de juego donde el Demonio y la Virgen juegan con el futuro, simbolizando una batalla entre ambas fuerzas sobre el destino y la fe. La representación incluye elementos de juego y conflicto entre figuras religiosas, combinando temas de azar, fe y amor en la trama. También en contacto con El pleito del Demonio con la Virgen, de diversos autores, siendo la más común atribución a Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648), importante dramaturgo del Siglo de Oro español.

 

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

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