Cría. ¿A quién le pertenece mi corazón? De Catalina Luchetta por Ana Abregú

Ser actor significa sufrir un desgarramiento consciente.

[Antonin Artaud]

 

La propuesta de Cría figura un revés de trama del título, que remite a “ cuervos”, superponiéndose con una idea combativa entre generaciones, para el caso, Padre (Tipo) e hija (Pendeja), Catalina Luchetta que cuenta su historia, y juega con los narradores, tiempo y género: dramaturgia; se juega con las reversiones del tiempo donde Tipo (Matías Broglia) es joven y viejo y de nuevo joven y de nuevo viejo y apoya el relato de Pendeja, incluso en personajes alternativos desbordando los límites de la memoria y la capacidad del teatro para reponer, reconstruir, recordar.

No hay drama, hay un hecho artístico que exhibe sus recursos de producción, el territorio de la docencia en teatro; artífice y producción de la escena, de la posición del actor, del drama, de la representación.

 

El humor surge del quiebre entre situaciones y la reposición de personajes y frases, Maradona, citas de Shakespeare, Lorca; Pendeja, con sus dudas –no fue gestada con el semen del padre– plantea la disquisición  de la identidad, esa perturbación del espíritu que parece estar en el ADN de la humanidad; asuntos de herencia de sangre, de carácter, de genes.

Tipo, amante del teatro, peronista y de boca, como si fueran marcas de identidad; explícita herencia a Pendeja: qué le da cuerda a su corazón, ¿la sangre  de un desconocido donador?, o el amor, atención y formación que le lega la vida de actriz, directora, dramaturga.

Tipo y Pendeja, innominados, cualquiera, ellos, yo, usted, una historia con que el espectador se identifica.

Pasado, presente y futuro cohabitan en un mismo espacio teatral; crea una experiencia donde la memoria y la emoción se pliegan y despliegan en una dialéctica viva. La desarticulación del tiempo remite a estrategias en dramaturgias contemporáneas que exploran la memoria no lineal, como las obras de Heiner Müller, donde la temporalidad se fragmenta para reflejar estados psíquicos y conflictos irresueltos.

El diseño temporal de Cría conecta con las poéticas del teatro documental y el teatro ensayo, modalidades donde la autenticidad se busca a través del entrecruzamiento entre el texto escrito y la improvisación en escena.

El modo en que Luchetta y Broglia reestructuran la  historia como parte de la escena, recuerda a prácticas de compañías como Forced Entertainment o la Escuela de Grotowski, donde el cuerpo y la presencia del actor construyen el sentido a partir de la revelación de mecanismos escénicos y emocionales. La puesta es un espacio de reparación simbolizada en la repetición de escenas como si el acto performativo fuera la vía para poner en común lo no dicho y dejar huella de estas vidas que convergen.

Tipo, como un arquetipo socio-cultural argentino, incorpora un diálogo con la identidad nacional desde un lugar personal; destila una complejidad que se asemeja  a la exploración de personajes en autores argentinos como Griselda Gambaro o Rafael Spregelburd, que atraviesan la confrontación entre herencia de sangre y sucesos de vida.

La construcción actoral evita el retrato psicológico tradicional, enfatiza la búsqueda de una verdad emotiva, amplía la mirada a un plano donde los roles familiares se vuelven interrogantes abiertos antes que verdades.

Las referencias literarias a Shakespeare y Lorca añaden una profundidad cultural que anida en la evocación de fantasmas poéticos, reminiscentes del teatro clásico revisitado por autores contemporáneos como Tom Stoppard, para quienes la intertextualidad es un recurso dramático para multiplicar sentidos. El contraste con el lenguaje actoral contemporáneo  evita la idealización y confronta las tensiones generacionales entre tradición y modernidad que atraviesan la obra.

La escenografía, presente con síntesis y economía de elementos simbólicos, esculturas en cartapesta, color blanco como reflejo de recuerdos puros; osito, libros, lámpara, el escudo de Boca, valijas, y la única referencia al tiempo secuencial: la cuerda con autitos como reflejo de la evolución de sueños cumplidos, con coincidencias entre el orden de aparición de las marcas de autos en reflejo de cada época, y el hecho de que comienzan siendo de dos asientos y se metaforiza el crecimiento de la familia cuando pasan a las dos filas de asientos y situaciones que condensan la evolución de sus vidas que generan la atmósfera épica y el peso emocional emerge por medio de la corporalidad de los intérpretes y la precisión de luz y sonido, recursos que dialogan con la propuesta de dramaturgos como Robert Wilson o The Wooster Group, quienes incorporan minimalismo y una cuidada sonoridad para crear espacios de experiencia sensorial donde el público se vuelve testigo activo.

Tipo revierte el sentido de la caracterización: se sumerge en Tipo, sí mismo, el padre, comunicando como un mimo, escena de la escena, gestos detallados, expresiones faciales, movimientos estilizados para expresar momentos y representar objetos o situaciones invisibles; rol que demanda dominio técnico y elevada conciencia corporal, el cuerpo como principal instrumento expresivo. Tipo enfatiza la precisión, la pausa y la calidad del movimiento para hacer tangible lo intangible, como pensamientos o sentimientos internos. Con raíces en la pantomima, técnica de teatro físico y gestual,  comunicación universal a través del lenguaje no verbal, variando en tonos desde lo cómico hasta lo dramático o metafísico, explorando la condición humana.

Cría se instala en esa zona fronteriza del teatro donde el humor y la ternura actúan como bálsamos frente a la crudeza del irremediable paso del tiempo y la forma de dejar como documento, a través de la escritura de la escenificación la vida del teatro dentro del teatro en que transcurre la vida de gente del teatro; exhibe el conflicto existencial y afectivo, con un trabajo actoral que privilegia el encuentro físico y emocional.

Su vocación no es contar una historia, transformar la escena en un territorio vivo donde el amor y la sutura coexisten, en una analogía con ciertos ejercicios de la tradición postdramática donde la narración cede lugar al acontecimiento teatral como experiencia directa y transformadora.

Amplia el hecho del tiempo sin linealidad y ruptura de cuarta pared, así como revelar la cualidad de ensayo de la obra al dar instrucciones al iluminador.

La articulación del tiempo en Cría desafía las convenciones clásicas del relato escénico al disolver la secuencialidad temporal y presentar un tejido donde pasado, presente y futuro se entrelazan en un mismo espacio dramático. La forma de descomponer el transcurrir se asemeja a las estructuras del teatro de vanguardia particularmente en la tradición del teatro de la memoria y del teatro documental, donde el tiempo actúa menos como una línea de acontecimientos y más como un espacio fluido para explorar emociones, recuerdos y tensiones no resueltas. La obra invita al espectador a experimentar el tiempo como un flujo discontinuo, evocando estrategias que artistas como Heiner Müller, o la compañía Forced Entertainment, han cultivado para mostrar la repetición, el retorno y la fragmentación como modos de incisión en la psique humana y en la narrativa.

La continuidad dislocada tiene un efecto performativo profundo; representa la memoria como algo vivo y conflictivo,  incide en la percepción temporal donde el público debe reconstruir la trama a partir de saltos, recreaciones y trasposiciones. La obra no se limita a contar una historia que se convierte en un ensayo performativo, donde el presente escénico reescribe el pasado y anticipa el futuro, proponiendo una especie de temporalidad caleidoscópica. Las superposiciones temporales permiten que se desplieguen las emociones de manera orgánica, como heridas abiertas que no se cierran con la cronología sino con la intensidad de su recurrencia.

El rompimiento de la cuarta pared y la disolución de la ficción con la realidad se expresan en la decisión performativa de los actores de salir del personaje para dirigirse directamente al iluminador o intervenir en el montaje durante la puesta. Este gesto revela la teatralidad del acto, invitando al espectador a ser consciente del artificio escénico y generando un espacio dialógico donde la creación se muestra como un proceso en constante devenir. Esta estrategia se asemeja al epic theater de Bertolt Brecht, que buscaba desalienar al público a través de la interrupción consciente de la ilusión dramática para provocar reflexión crítica.

Al mover el foco de la obra para dar instrucciones técnicas en vivo, el espacio escénico se triplica: ya no es únicamente el lugar donde se representa la historia, también es una escuela de creación y un reflejo meta-teatral de la representación como expresión auténtica de reposición de la memoria.

Cría participa de una línea dramaturgia contemporánea que pone en escena la historia y los procedimientos mediante los cuales se concibe la historia y elementos discursivos. Conecta con las escuelas actorales influenciadas por Jerzy Grotowski o Peter Brook, donde el proceso y la presencia en el aquí y ahora escénico son tan importantes como el guion.

La ruptura de la barrera entre actor, espacio y público desestabiliza la ficción, amplía la experiencia teatral a una vivencia colectiva, donde el espectador no es un simple receptor pasivo, testigo activo de la fragilidad de la memoria y la construcción identitaria. El juego temporal y las intervenciones meta-teatrales no son recursos formales, son parte de una ética artística que problematiza la propia función del teatro en la rememoración y en la sanación, transformándolo en un espacio de opinión.

Cálida, humorística, emocional Cría funciona como un espejo, una época que es todas las épocas.

La obra ofrece una experiencia teatral sensible y profunda que invita a permanecer atentos y abiertos a una forma distinta de habitar el tiempo y el vínculo humano en escena. La propuesta desafía al espectador a involucrarse más allá del mero entretenimiento, estimula a un encuentro íntimo y sincero con las emociones y crónicas que atraviesan a los personajes. Esta pieza enriquece el repertorio contemporáneo por su forma audaz y poética, construye un espacio para el diálogo personal y colectivo sobre temas universales con una mirada fresca y sensible. Visitar este montaje es permitirse explorar la energía viva del teatro en su capacidad para transformar y conmover.

 

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Catalina Luchetta

Intérpretes: Matías Broglia, Catalina Luchetta                    

Ilustraciones: Emilia Tauil

Diseño de vestuario: Martina De Giorgio

Diseño de escenografía:Emilia Tauil

Redes Sociales: Candela Pietragallo

Música original: Fede Pagna

Diseño De Iluminación: Sebastián Francia

Fotografía: Martín Dichiera

Asesoramiento dramatúrgico: Franco Verdoia

Asesoramiento De Movimiento: Maite Gago

Asistencia de dirección: Martina De Giorgio

Prensa: Natalia Bocca

Producción general: Martina De Giorgio

Dirección: Catalina Luchetta

Duración: 50 minutos

Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos

ESPACIO CALLEJÓN Humahuaca 3759 (mapa)

Capital Federal - Buenos Aires – Argentina.

Web: https://www.instagram.com/espacio_callejon/

Entrada: $ 18.000,00 / $ 16.000,00 - Domingo - 20:00 hs - Hasta el 26/10/2025

 

 





Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

 

    Ana Abregú, escritora, con formación en ingeniería electrónica trabaja como SEO posicionamiento y Community Manager, ha publicado novelas, poemarios, relatos, ensayos y crítica literaria. Editora y redactora de la revista Metaliteratura. (http://www.metaliteratura.com.ar), shop de libros editados: http://shop.metaliteratura.com.ar. Obras: SO( Crónicas Octubre 2024 –diciembre 2024), crónicas, enero 2025; INTRꜴVERSIÓN, poemario, enero 2025; Novela en curso, ensayos, enero 2025; Terrorrisa, ensayos, enero 2025; Borges comentado, ensayo, crítica, enero 2025; Ante (Crónicas, septiembre 2023 – diciembre 2023), crónicas, Enero 2025; Tiples (Relatos, enero2025); Viceversa (Crónicas, Enero 2024 – Septiembre 2024), enero 2025;Didascalias , (Artículos dramaturgia julio 2024); Bitácora de escrituras, Recursos literarios, 2024, U (Crónicas junio 2023 – agosto 2023), crónicas, 2024; E (Crónicas enero 2023 – mayo 2023), crónicas, 2024; Ulises en su laberinto, ensayos, junio 2024; Las razones de la sal, novela, enero 2024; Venablos, poemario, 2023; A (Crónicas, agosto 2022, diciembre 2022), 2023; Errancias del ayés, relatos, 2023; Conversaciones con Žižek, relatos, 2023; Blogs para el posicionamiento, SEO posicionamiento, informática, 2022; O (crónicas 2022 – agosto 2022), 2022; Ignitos, relatos, 2022; Y (Crónicas, abril 2020 - febrero 2022), 2022; Teorema de la Lengua, poemario, 2022; Pentimentos. novela, 2022; Supay, novela, 2021; El Pallo Gelao, humor gráfico, 2021; Pareidolia, crítica literaria, 2021, Antí(eu)fon(í)as, poemario, 2021; Textorios, ensayos, 2021; Cíngulos, ensayos, 2021; Descontextos, ensayos, 2021; La mujer fingida, novela, 2020; Atrave(r)sar, poemario. 2020; Dédalo. novela. 2020; Ex criaturas. microrrelato, 2020; Señales del tacto, novela. 2020; Mover el punto, novela. 2019; El espejo deshabitado, novela. 2019; Paranoxia Dalí, novela, 2018; Adelaida Sharp en tu tiempo, novela, 2017. Se consiguen en Amazon.

DESTACADOS

Cría. ¿A quién le pertenece mi corazón? De Catalina Luchetta por Ana Abregú

Ser actor significa sufrir un desgarramiento consciente.

[Antonin Artaud]

 

La propuesta de Cría figura un revés de trama del título, que remite a “ cuervos”, superponiéndose con una idea combativa entre generaciones, para el caso, Padre (Tipo) e hija (Pendeja), Catalina Luchetta que cuenta su historia, y juega con los narradores, tiempo y género: dramaturgia; se juega con las reversiones del tiempo donde Tipo (Matías Broglia) es joven y viejo y de nuevo joven y de nuevo viejo y apoya el relato de Pendeja, incluso en personajes alternativos desbordando los límites de la memoria y la capacidad del teatro para reponer, reconstruir, recordar.

No hay drama, hay un hecho artístico que exhibe sus recursos de producción, el territorio de la docencia en teatro; artífice y producción de la escena, de la posición del actor, del drama, de la representación.

 

PERSONAJES

Electrónica de Enzo Maqueira

No creo en la eterna adolescencia. Ni en la vida ni en la música. El que se escuda ahí es porque se resiste a crecer.

 

[Juan Carlos Baglietto]

 

La novela se caracteriza por la compleja narración que combina la primera y la segunda persona para retratar la experiencia íntima y fragmentada de su protagonista, La profesora que se enamora del alumno adolescente. Este vínculo, más allá de ser una relación truncada, simboliza el cierre de una prolongada adolescencia propia de una generación de clase media argentina educada en los años 90. 

DRAMATURGIA

Cría. ¿A quién le pertenece mi corazón? De Catalina Luchetta por Ana Abregú

Ser actor significa sufrir un desgarramiento consciente.

[Antonin Artaud]

 

La propuesta de Cría figura un revés de trama del título, que remite a “ cuervos”, superponiéndose con una idea combativa entre generaciones, para el caso, Padre (Tipo) e hija (Pendeja), Catalina Luchetta que cuenta su historia, y juega con los narradores, tiempo y género: dramaturgia; se juega con las reversiones del tiempo donde Tipo (Matías Broglia) es joven y viejo y de nuevo joven y de nuevo viejo y apoya el relato de Pendeja, incluso en personajes alternativos desbordando los límites de la memoria y la capacidad del teatro para reponer, reconstruir, recordar.

No hay drama, hay un hecho artístico que exhibe sus recursos de producción, el territorio de la docencia en teatro; artífice y producción de la escena, de la posición del actor, del drama, de la representación.

 

Relatividad de St. Germain dirección Carlos Rivas por Ana Abregú

El universo no explica el amor, pero el amor explica el universo.

 

[Octavio Paz]

 

Albert Einstein se encontraba exiliado en Estados Unidos en un contexto marcado por las secuelas inmediatas de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en 1949. Este ambiente posbélico, cargado con la estela del conflicto global y el reciente estallido de la bomba atómica, genera una atmósfera de tensión y sospecha en torno a la figura del científico, a quien se le reconoce como un genio, pero cuya procedencia alemana produce desconfianza en el país de acogida. 

FRIDAS de Cristina Escofet por Ana Abregú

Yo habito la grieta entre lo que soy y lo que digo ser.

 

[Silvia Plath]

 

La obra comienza con Ana Yovino, presentando a Frida, un encuentro profundo entre la destreza del cuerpo actoral y la tradición mexicana de la muerte, en un cruce entre memoria, cuerpo y poesía.

Yovino baila en traje blanco y máscara de calavera, en una apertura que establece el vínculo con la ancestral celebración del Día de Muertos, donde la muerte se acepta y se honra con una estética que gira en torno a la calavera como emblema de transformación y reconciliación con el ciclo vital.

 

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