Gombrowicz y/en la literatura argentina

Loris Tassi (Università degli studi di Napoli “L’Orientale”) En Respiración artificial, la primera novela de Ricardo Piglia, publicada en 1980, se puede leer una paradójica defensa del fracaso hecha por un original desterrado polaco, narrador de cuentos aficionado al ajedrez y a la filosofía:

Loris Tassi (Università degli studi di Napoli “L’Orientale”) En Respiración artificial, la primera novela de Ricardo Piglia, publicada en 1980, se puede leer una paradójica defensa del fracaso hecha por un original desterrado polaco, narrador de cuentos aficionado al ajedrez y a la filosofía: ¿Qué es, dijo, un fracasado? Un hombre que no tiene quizás todos los dones, pero sí muchos, incluso bastante más que los comunes en ciertos hombres de éxito. Tiene esos dones, dijo, y no los explota. Los destruye. De modo, dijo, que en realidad destruye su vida. Debo confesar, dijo Tardewski, que me fascinaban. Todos esos fracasados que circulan especialmente en los alrededores de los ambientes intelectuales, siempre con proyectos y libros por escribir, lo fascinaban, dijo. Hay muchos, dijo, en todos lados, pero algunos de ellos son hombres muy interesantes, sobre todo cuando han empezado a envejecer y se conocen bien a sí mismos. Yo acudía a ellos, dijo, en aquellos años de mi juventud, como uno se acerca a los sabios. [...].Tenían para mí un encanto demoníaco. Estaba convencido de que esos individuos eran los que ejercían, dijo, la verdadera función de conocimiento que siempre es destructiva (155-158). Como el delirante Sebregondi de Osvaldo Lamborghini, Tardewski, teorizador y víctima de la función de conocimiento de la derrota, se inspira en y homenajea al escritor y al personaje Witold Gombrowicz (1904-1969). Escarnecido por Borges, Bioy Casares, Ungaretti y Pasolini (obviamente las razones eran distintas), admirado por Kundera, Milosz, Calvino, Vila-Matas, Aira, Pitol (los catálogos son necesariamente inacabados), el molesto autor polaco ha sido constantemente revalorizado en los últimos años por acérrimos partidarios: Piglia, por ejemplo, lo considera el mejor escritor argentino del siglo XX. Pero, ¿quién era el “conde” Gombrowicz? Volvamos atrás: Polonia, después de la primera guerra mundial. Híbrido entre (palabra clave en Gombrowicz)1 el Occidente y el Oriente, entre Rusia y Roma, ni fuerte ni débil, Polonia, dice Gombrowicz, vive una existencia que no es auténtica, es un país inmaduro que se engaña fingiendo ser maduro. El polaco no puede ser europeo y no puede ser hombre, precisamente porque su “polonidad” es excesiva. Y la literatura repite y exalta las debilidades del país. Contra este agobiante clima de irrealidad se produce el desconcertante estreno artístico de un abogado que escribe para “desaburrirse”, para utilizar una palabra arltiana. Y el aburrimiento en Gombrowicz, así como en Arlt o en Onetti, es fundamental para el funcionamiento de la máquina ficcional. El aburrimiento es más peligroso que el miedo o la desesperación y suelen ser muy raras las ideas que puede 1 Hablando de sus comienzos, el escritor cuenta: “No estaba en condiciones de hacer otra cosa que parodia. La parodia de la realidad y del arte. [...] La sensación de irrealidad no me abandonaba, me hallaba siempre ‘entre’ y nunca ‘dentro’, era como una sombra, una quimera” (Testamento 43). tener el hastiado: una liberación del género humano por la mentira (por la ficción: Los siete locos), la invención de una ciudad (La vida breve), la esperanza de que las cosas sean signos, las asociaciones símbolos y el caos pueda ser redimido en Cosmos. O, por lo menos, organizado, hechizado en una Opereta. Después de la publicación del primer libro, la colección de cuentos Memorias del tiempo de la inmadurez (1933), nuestro autor es acusado de megalomanía, oscuridad, inmadurez, inmoralidad, obscenidad y estupidez (todos temas principales de su obra futura). El abogado nunca hubiera podido ser un principe del foro (“No lograba distinguir a los jueces de los asesinos y estrechaba la mano de los asesinos” (Autobiografía 10)), a lo mejor es esta la razón que lo empuja a abandonar el derecho... por su contrario, es decir, por la literatura. Que no es el descubrimiento de Dios sino de Satanás, escribirá Gombrowicz en su Diario muchos años después. Silvio Astier, protagonista escritor del libro de memorias El juguete rabioso, estaría de acuerdo. BAJAR EL ARCHIVO CON EL ARTCIULO COMPLETO!!

    Doctor en Culture e Istituzioni dei Paesi di Lingue Iberiche in Età Moderna e Contemporanea, Università degli Studi di Napoli “L’Orientale”, Università degli Studi di Napoli “Federico II”, Istituto di Studi Latinoamericani di Pagani, ha dedicado su tesis doctoral a la obra de Roberto Arlt. Profesor de literatura hispanoamericana en “L’Orientale” y de lengua y traducción española en la Università della Calabria. Ha publicado el libro “Variazioni sul tema della lettura. L’opera di Roberto Arlt” y varios artículos. Actualmente está trabajando sobre el cine negro argentino.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

El corazón es habitar la experiencia y el ritmo

Pasquale Mesolella, I giorni della pandemia. Prato: Pentalinea, 2024.

 

[Este es tal vez uno de los libros más emocionantes en la obra de Pasquale Mesolella (Teano, 1949). Va dedicado a “tutte le persone, note e ignote, conosciute e sconosciute, vittime inermi ed innocenti del covid o della guerra ucraina”. A simple vista, puedo decir que se ve a un poeta desprovisto de artilugios del lenguaje y que consagra la escritura como si su mano fuese un sello de lacre. Un poeta que se ha convertido en un reportero de un tiempo álgido que no está tan lejos y que continúa a hacernos eco. Los primeros textos de esta colección corresponden a enero de 2019 y los últimos, como el prólogo, se remontan a septiembre de 2023]

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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