Javier Cercas en la 39° Feria del Libro

El escritor español, autor de Soldados de Salamina (Tusquets, 2001) y Anatomía de un instante (Mondadori, 2009), participó de la entrevista abierta “Novela y realidad” en la 39° Feria del Libro.

El escritor español, autor de Soldados de Salamina (Tusquets, 2001) y Anatomía de un instante (Mondadori, 2009), participó de la entrevista abierta “Novela y realidad” en la 39° Feria del Libro. Allí habló de sus dos libros más reconocidos y de su nueva novela Las leyes de la frontera en el marco de la Cátedra Abierta en homenaje a Roberto Bolaño organizado por la Universidad Diego Portales y la editorial Mondadori.

 

-          ¿Cuál es la relación entre realidad y ficción en tus libros con esto de que lo que cuenta la historia está hecho como una novela, y lo que podría ser una novela, como Leyes de la frontera, o ficción aparecen en estos diálogos extraños que no llegan a tener la forma de una novela?

No lo sé, en cada libro es distinta. La ficción pura no existe. La ficción siempre está contaminada de realidad. Si existiera la ficción pura no tendría el menor interés, pero es que además no existe. Está contaminada de realidad, felizmente contaminada de realidad. La realidad es el carburante de la ficción y por eso la ficción es interesante. Entonces en cada libro que escribo, esa relación es distinta, porque cada libro es una cosa distinta con unas reglas distintas, con unas necesidades distintas. Nunca se puede comparar una cosa con otra. Yo procuro no repetir nunca. Cada libro tiene que tener sus propias reglas, y si tú repites las mismas reglas, estás haciendo trampa.

-          En muchos de tus libros, como en tu última novela Leyes de la frontera, aparece la figura de un escritor/personaje que media entre los narradores y la novela final, ¿por qué desarmas así la fantasía de la narración?

Esa es una constante en casi todos los libros que yo he escrito. Porque el pacto que hago con el lector es distinto al de la novela realista. Yo le digo al lector, esta es una novela; y trato de hechizarle. La novela realista le dice al lector “esto es la realidad” y yo le digo al lector “esto es una novela, pero es una novela que cuenta la realidad, que cuenta la verdad”. Todas las novelas establecen estrategias distintas para hechizar al lector, engañarlo, para hacerle creer que eso que está ocurriendo es verdad. En eso consiste la literatura. Lo dijo mejor que nadie Gorgias en el siglo cuarto antes de Cristo: “la literatura -la poesía, dice él, la ficción- es un engaño en el que quien engaña es más honesto que el que no engaña y el que se deja engañar es más sabio que el que no se deja engañar”. ¿Qué te parece? Es preciosa, ¿no? Esa es la literatura, esa es la ficción. A través de un engaño, de un desvío.

-          En cambio en tu libro Anatomía de un instante sucedes al revés.

Anatomía de una Instante no es una ficción. Anatomía de un instante es probablemente una novela, yo creo que es una novela, pero sin ficción. ¿Por qué? Porque las reglas del libro lo exigen, porque la pregunta que me hice, que está en el corazón del libro, exigía eso. Esto he intentado explicarlo en mi introducción. Así que era necesario que no hubiera ficción. Es un libro raro. Cada libro es como es.

-          Otro tema que usted trata mucho, es el tema de la Verdad

Sí, pero la verdad literaria que no es la verdad de los hechos, no es la verdad periodística, no es una verdad científica. Es una verdad distinta. La verdad histórica, esto desde Aristóteles lo sabemos, la verdad histórica es la verdad factual, la verdad concreta. Busca qué les ocurre a determinadas personas en determinada época y en determinado lugar. Eso es la histórica, que es una verdad factual, concreta. En cambio la verdad literaria no es así, la verdad literaria es una verdad abstracta, moral, universal. Busca qué les ocurre a todos los hombres en cualquier circunstancia y en cualquier lugar. Y a esa verdad sólo se llega mediante el rodeo de la ficción.

-Y sin embargo Gafitas, el protagonista de Las leyes de la frontera, se va  al final sin saber la verdad.

En mis novelas ocurre eso. Y creo que en las grandes novelas a menudo ocurre eso: son una búsqueda de la verdad en la cual, al final, la verdad se escapa. Como el agua en las manos, se escapa, psss, se va. Son una búsqueda frustrada de la verdad, porque seguramente la verdad es la búsqueda de la verdad.  La verdad existe, pero quien cree poseerla, o es un cretino o es un mentecato. Seguramente la máxima verdad a la que podemos aspirar es la búsqueda de la verdad. Y por eso en mis novelas siempre ocurre eso. A menudo ocurre eso, y en todas las grandes novelas ocurre eso. Es acaso el lector el que puede elegir la verdad con la que se queda. El autor no se la puede dar, porque el autor lo que hace es formular preguntas, no da respuestas. O al menos no da respuestas claras, inequívocas, taxativas, como da la historia, a veces, o como da el periodismo. Las verdades en la novela son siempre verdades ambiguas, contradictorias, esencialmente irónicas. Esas son las verdades de la novela, no se parecen a las verdades de la Historia. Son distintas.

-          Justo esas verdades de la historia que quisiste eliminar de Anatomía de un instante porque decís que era como una gran ficción.

Anatomía de un instante es un libro muy raro. ¿Sabes por qué es muy raro? Porque es un libro imposible, en el fondo, porque persigue las dos verdades al mismo tiempo. Esto es un disparate, no puede ser. Es un oxímoron. Persigue la verdad de la historia, contar qué ocurrió en determinado lugar. Contar la conquista de la democracia en España. Y al mismo tiempo busca las verdades literarias, la verdad moral. Y lo que quise hacer ahí fue borrar todas las falsas verdades, todas las ficciones, todas las leyendas que se habían ido adhiriendo a un determinado hecho histórico. Es el libro más distinto a los míos que he escrito, seguramente, porque el acontecimiento era muy especial. Es como alguien que se pone a escribir un libro sobre la muerte de Kennedy, es lo mismo. Y el tema determina las formas. “La forma es al fondo, lo que el calor al fuego”, dice Flaubert. Está muy bueno eso. El tema determina la forma, y, a su vez, la forma determina al tema. En la literatura la forma es el fondo.

-          Dijiste que este era el mejor momento para escribir en español…

Desde el Siglo de Oro, creo.

-          ¿A quién estás leyendo que escriba en español? Algún autor nuevo.

Por ejemplo, he leído a un escritor español, que se llama Ignacio Vidal-Folch, tiene un libro que se título Lo que cuenta es la ilusión, es un diario, es excelente, muy bueno, me ha gustado mucho.

 

    Nació en Adrogué, en la zona sur del conurbano bonaerense, en 1984 y fue donde escribió por primera vez en una revista, el pasquín literario Mitin, de producción independiente. Más adelante empezó a publicar algunos textos en su blog, http://fragmentosdecosasincompletasdehecho.blogspot.com.ar/, y luego también en http://juliamilanese.wordpress.com/ donde actualmente sube sus artículos. Está terminando la carrera de Letras en la UBA y es colaboradora en la revista de viajes, Roomin.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

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