Entrevista a Gustavo Kusminsky

El autor de Médanos/Premio de Narrativa Hispanoamericana, presentó su nueva novela Ensayo clínico (Simurg 2013) el primero de agosto último en la librería Menendez. En esta entrevista intentamos conocer un poco más de este escritor, poseedor de una prosa ligera, pero con facilidad para dejarnos turbados.

Gustavo Kusminsky

El autor de Médanos/Premio de Narrativa Hispanoamericana, presentó su nueva novela Ensayo clínico (Simurg 2013) el primero de agosto último en la librería Menendez. En esta entrevista intentamos conocer un poco más de este escritor, poseedor de una prosa ligera, pero con facilidad para dejarnos turbados.

¿Cómo nació en vos la escritura?

No sé bien cómo son estas cosas de los nacimientos, las gestaciones, el comienzo de una presencia. Supongo que primero se anudaron los lazos con la lectura y luego comenzaron los intentos de escribir, más allá de lo hecho en la adolescencia. Y vencer al pudor.

En la presentación de Ensayo clínico, R. Ferro habló del trabajo de Borges “El escritor argentino y la tradición” y te ubicó ahí, como escritor argentino. ¿De qué escritores de esa “tradición” te sentís deudor o heredero?

Ser escritor argentino es situarse en un lugar más allá de la cuestión geográfica, y  el mismo Borges afirmaba que la tradición de la que se abreva es la propia cultura occidental. El tema de Mahoma sin camellos vale como ejemplo.   Entonces resulta difícil hablar de lo que influyó  sobre la escritura propia en términos de lo argentino y lo no argentino.  Si la pregunta apunta a pensar un canon literario propio, se corre el riesgo de caer en lo obvio, o en la clasificación arbitraria, absurda, como la clasificación de los animales que Borges describe maravillosamente.  Se puede hablar de los deslumbramientos que algunos textos provocan, y eso a su vez debe tener una distinta impronta de acuerdo a la época en que se hirieron nuestras existencias.  ¿De qué autores argentinos soy deudor? Seguramente de los muchos que no leí, les debo la lectura. Y si me voy con uno solo,  elijo más. Ya lo mencioné a Borges, están Di Benedetto y Cortázar. Y Puig. Pero los no argentinos son más. Y Saer.

Ésta es en verdad tu segunda novela, ¿cómo surgió?

Hubo primero la pregunta si era posible que una mujer desaparecida, y además embarazada, lo que hoy en día es el prototipo de la santidad, pudiera no ser una santa. Salir de ese estereotipo sin caer en la total incorrección, trabajar el malentendido. Por esa época leí la novela Dos veces junio, de Martín Kohan, y  pensé  la posibilidad de enlazar la historia de la mujer que habla detrás de la puerta al colimba que protagoniza la novela de Kohan. Por encima de eso, la pregunta de si sobrevivir a esos acontecimientos es posible, si acaso existe la eventualidad de quedar fuera de todo juicio y de los archivos que manejamos con tanta certeza.

¿Por qué aparece otra vez el personaje Marcos?, ¿es una especie de alter ego tuyo?

Marcos es un nombre, no es un personaje. En las tres novelas que escribí, y en todos los cuentos, si hay un personaje masculino se llama Marcos. Pero no hay alter ego, no hay personaje. Es un marco, y por eso vale el significante. A veces es difícil que se entienda que el autor no existe, no hay alter ego, no hay nada de eso. No importa quién soy, estoy fuera, y el texto es ficción.

En Ensayo clínico sobresale la narración en un modo confesional, hasta el punto que el lector puede llegar a confundirla con una autobiografía (al menos a mí me gustó leerla así). A su vez, allí mismo se asalta esa idea cuando se habla de que toda narración es ficción, malentendido. ¿Era tú intención producir este efecto hiperrealista que excede a la novela?

¿Cosas confesionales? Ese es el punto. La confesión como un mecanismo, un dispositivo que el narrador ejecuta pero no lo dice: solo lo piensa, no se escribe. Y nuevamente es ficción, y por lo tanto si bien no es mentirosa, no es verdadera. Ensayo clínico busca que un fantasma desnude su pensamiento, sin emoción, alejarse de la emoción salvo en el relato del miedo.

¿Cómo se mezclan realidad y ficción en tu escritura? (Y con realidad me refiero a la Historia argentina y a tu propia historia)

La realidad es el reverso. Hubo una realidad, una Historia Argentina con dictadura, desaparecidos, héroes y villanos. Poner eso en el texto de ficción significa quebrar el modelo y reconocer que nada de lo afirmado se puede leer como un texto de estudio. Yo no digo nada, lo dice el personaje, no afirmo nada, es una historia que se cuenta. Hay quienes investigan los hechos, leen ensayos, tratan de ser fieles a la historia que ocurrió en la realidad. Yo por el contrario no hago nada de eso, me dejo guiar por la tentación de ser infiel a la cita. Se sabe que el pecado de un talmudista por ejemplo es citar  mal el texto sagrado. Yo escribo que hay que ser fiel, y al mismo tiempo no lo soy. Cito frases y dichos inexistentes. Es ficción. Robo recuerdos y después los devuelvo.

¿Estás trabajando en algo nuevo?

Trato. Siempre es así, hay una historia, hay una obsesión y las ganas de poder robar para hacerlo. Comparto algo con   Jack el Destripador, se llamaba Arón Kosminsky (o Kusminsky o Kosminski) tenemos el mismo apellido, es una pesada herencia que debo poner en una dimensión de la ficción.

 

    Nació en Adrogué, en la zona sur del conurbano bonaerense, en 1984 y fue donde escribió por primera vez en una revista, el pasquín literario Mitin, de producción independiente. Más adelante empezó a publicar algunos textos en su blog, http://fragmentosdecosasincompletasdehecho.blogspot.com.ar/, y luego también en http://juliamilanese.wordpress.com/ donde actualmente sube sus artículos. Está terminando la carrera de Letras en la UBA y es colaboradora en la revista de viajes, Roomin.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

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