Entrevista a Hernán Ronsino en La Feria del Libro 2014

“Agobio” es una de esas palabras a las que resulta difícil buscar un sinónimo o parafrasear; así como es difícil buscar una forma de explicar qué es el agobio en un pueblo decaído y una siesta de verano, el agobio de sentir cómo las cosas se descomponen de a poco y sin detenerse. Algo de eso es La Descomposición, primera novela de Hernán Ronsino de 2007, a la que siguieron Glaxo (2009) y Lumbre (2013), tres novelas vinculadas por un pueblo,  sus personajes y el agobio de una violencia que “acecha”.

“Agobio” es una de esas palabras a las que resulta difícil buscar un sinónimo o parafrasear; así como es difícil buscar una forma de explicar qué es el agobio en un pueblo decaído y una siesta de verano, el agobio de sentir cómo las cosas se descomponen de a poco y sin detenerse. Algo de eso es La Descomposición, primera novela de Hernán Ronsino de 2007, a la que siguieron Glaxo (2009) y Lumbre (2013), tres novelas vinculadas por un pueblo,  sus personajes y el agobio de una violencia que “acecha”.

 

En la mesa del Diálogo de Provincias de la 40º Feria del Libro de Buenos Aires hablaste de que es más fácil ser traducido a otros idiomas que leído en tu propia provincia, ¿por qué sucede esto?

 

HR: Me parece que eso no solo sucede hacia las provincias argentinas sino también en relación a los demás países latinoamericanos. La circulación de los libros en América latina  es compleja y muchas veces también es difícil acceder desde las provincias a ediciones independientes que son las ediciones que están apostando y generando un espacio de renovación. Por suerte, en estos últimos años, están saliendo muchas traducciones de autores consagrados y de autores nuevos. Por eso decía que es más fácil ser traducido que leído en las provincias o en algún país limítrofe. Creo que es un asunto que debe pensarse.

 

La mesa se llamaba “Un crimen de provincia”, ¿pasó a tener más presencia la violencia en la literatura que llaman “de provincia”? ¿Por qué?

 

HR: No me gustaría pensar a la literatura por subgénero. Es decir, si es de provincia o urbana, si es femenina o masculina. Sí hay geografías y búsquedas estéticas. Pero, en el fondo, todo es literatura y no marcaría esa diferencia. No creo que haya una literatura de provincia. Lo que está sucediendo en los últimos años es la emergencia de autores que traen la experiencia de la provincia y la procesan, a su vez, en sus búsquedas narrativas. Retomando el eco de autores muy importantes del siglo XX como Saer, Tizón, Moyano, Conti, Orphee, por ejemplo.

 

 ¿Qué relación existe, para vos, entre crimen y literatura? o ¿por qué narrar la violencia?

 

HR: La violencia me interesa como elemento fundante de toda sociedad y, a su vez, como elemento disciplinador. Desde ese lugar, la violencia opera. En todos mis libros esa violencia acecha en forma de silencio, de un modo agobiante, o como estallido.

 

¿A qué te referís con "elemento disciplinador"?

 

HR: Me refiero a la violencia, explicita o simbólica, que funciona como un modo de mantener un orden y una forma de sometimiento. Eso aparece en algunos vínculos de las tres novelas. 

 

Hablaste de “narrar la violencia subterránea” y desnaturalizar los estereotipos, ¿son formas de alejarse de la espectacularización de la violencia en los medios?

 

HR: Claro, me interesa narrar un personaje o una situación por fuera del lugar común, del estereotipo, darle una encarnadura.

 

 ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?

 

HR: Estoy comenzando una novela nueva que se aleja del territorio de las novelas anteriores. Sucede en Buenos Aires.

 

    Nació en Adrogué, en la zona sur del conurbano bonaerense, en 1984 y fue donde escribió por primera vez en una revista, el pasquín literario Mitin, de producción independiente. Más adelante empezó a publicar algunos textos en su blog, http://fragmentosdecosasincompletasdehecho.blogspot.com.ar/, y luego también en http://juliamilanese.wordpress.com/ donde actualmente sube sus artículos. Está terminando la carrera de Letras en la UBA y es colaboradora en la revista de viajes, Roomin.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

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