El legado de Rodolfo Walsh

La escritura de Rodolfo Walsh parece estar movida por el sueño secreto de un cartógrafo lúcido y tenaz...

La escritura de Rodolfo Walsh parece estar movida por el sueño secreto de un cartógrafo lúcido y tenaz, que convencido de la inestabilidad del sentido del trazo no concibió su empresa como un sueño individual, sino como un proyecto que se propone provocar en los lectores movimientos incesantes de perpetua inquietud. La obstinación en recortar el sentido de su escritura centrando las interpretaciones críticas en las circunstancias políticas que refiere, tiene un lastre que he buscado conjurar: el olvido de las relaciones que el conjunto de sus textos va tramando con los discursos constitutivos de la literatura, la antropología, el periodismo, la historia.

El legado de un escritor reside tanto en  su obra como el modo en el que la imagen de su vida permanece en la memoria de los otros como parte inseparable de esa obra. En los textos de Rodolfo Walsh han quedado marcas que, además de registrar y promover el sentido, dan a leer una magnitud significativa no expresada en palabras o silencios, sino presente en el gesto con que ha jugado su vida por esa obra. Y ese legado, se hace presente cada vez que el lector debe asumir la responsabilidad de testimoniar con su mirada ese gesto. El encuentro con Livraga, el fusilado que vive, en diciembre de 1956, señala un punto en el que Walsh establece otro vínculo con la forma en que había pensado su obra y construido su vida; a partir de entonces, la trasformación se manifiesta en el gesto con que apuesta todo el capital simbólico y existencial acumulado hasta ese momento por una nueva alternativa de futuro. Ese movimiento es una convergencia del cuerpo en un proyecto significante para producir una conmoción tanto emocional como intelectual y volitiva en sus interlocutores. El gesto legado por Walsh no sobreimprime en la letra de su escritura un querer decir sino, antes bien, el riesgo de un saber hacer. Cuerpo y escritura se traman en el primer encuentro con Livraga y se extienden a lo largo de toda la trayectoria posterior de Walsh hasta integrar un inseparable hacer significativo.

En el prólogo de 1957 a la primera edición de Operación Masacre dice: Escribí este libro para que fuese publicado, para que actuara, no para que se incorpore al vasto número de ensoñaciones de los ideólogos. El imperativo que asume como propio es ético: una búsqueda indeclinable de justicia. En los diversos proyectos político-sociales en los que se participó en los años siguientes sus acciones tuvieron ese mismo denominador ético: jugarlo todo para alcanzar finalmente un día de justicia verdaderamente igualitaria para todos. Los que rastreamos la obra de Walsh tratando de rescatar su legado no podemos olvidar o desvirtuar ese gesto que marca a su textualidad y a sus lectores de modo indeleble.

Curso de Rodolfo Wahs En MALBA Octubre 2017

 

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

    Escritor y crítico literario. Doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Profesor e investigador de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha dictado cursos de posgrado en Uruguay, Brasil, Venezuela, México, Francia e Italia. Ha participado del Consejo Editorial de numerosas revistas académicas y literarias. Dirigió Metaliteratura revista desde 1998. Entre sus libros publicados están Lectura (h)errada con Jacques Derrida. Escritura y desconstrucción (1995); La ficción. Un caso de sonambulismo teórico (1998); El lector apócrifo (1998); Sostiene Tabucchi (1999); Onetti/La fundación imaginada (2003); De la literatura y los restos (2009); Derrida y Fusilados al amanecer (2010); El otro Joyce (2011). Ha dirigido el volumen dedicado a Macedonio Fernández en La Historia Crítica de la Literatura Argentina (2007), y la edición crítica de Operación Masacre seguido de La campaña periodística (2009). Algunos de sus libros han sido traducidos al portugués y al italiano. Sus últimos libros se consiguen en Amazon, algunos títulos: El Pozo de Funes >a href="https://www.amazon.com/-/es/Roberto-Ferro-ebook/dp/B07SWQWRZ2/ref=sr_1_3?__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=3UJ4MGASQLNTU&dib=eyJ2IjoiMSJ9.Iv_EN4Wj8EzsiKSVbsYrz7dOTpi2q6xfnr2EuAyPtI3BNzELqX3GwEgNCYJTs02OW2bnbQA0N7UF06QR0ocX0t_cAdWdR-FPBYOJJq1csP6Lf10Yhp_9wzuJv-4jbiNOjYGUqy19g-RxVVFNwXKErzm82ci0PjVhXlpBjnY5xjiZ_TSudP5gbQ3SUdSWK2OGZ1LMJ0DEY0UfwxI0fGLqhtJRBuFTyqmLi3pCEUGK9YA.3sCFUcy9FuaEQF0sjzyYNl-4u6Rc8XugzvU9hDwLHUc&dib_tag=se&keywords=Roberto+Ferro&qid=1732289041&sprefix=roberto+ferro%2Caps%2C273&sr=8-3">Desde aquella ventana Todo viene del pasado Y tendrá tus ojos Fuera de foco Entre otros. Roberto Ferro ha publicado 40 libros entre crítica, novelas, poesía, ensayos.

DESTACADOS

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

PERSONAJES

Electrónica de Enzo Maqueira

No creo en la eterna adolescencia. Ni en la vida ni en la música. El que se escuda ahí es porque se resiste a crecer.

 

[Juan Carlos Baglietto]

 

La novela se caracteriza por la compleja narración que combina la primera y la segunda persona para retratar la experiencia íntima y fragmentada de su protagonista, La profesora que se enamora del alumno adolescente. Este vínculo, más allá de ser una relación truncada, simboliza el cierre de una prolongada adolescencia propia de una generación de clase media argentina educada en los años 90. 

DRAMATURGIA

Relatividad de St. Germain dirección Carlos Rivas por Ana Abregú

El universo no explica el amor, pero el amor explica el universo.

 

[Octavio Paz]

 

Albert Einstein se encontraba exiliado en Estados Unidos en un contexto marcado por las secuelas inmediatas de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en 1949. Este ambiente posbélico, cargado con la estela del conflicto global y el reciente estallido de la bomba atómica, genera una atmósfera de tensión y sospecha en torno a la figura del científico, a quien se le reconoce como un genio, pero cuya procedencia alemana produce desconfianza en el país de acogida. 

FRIDAS de Cristina Escofet por Ana Abregú

Yo habito la grieta entre lo que soy y lo que digo ser.

 

[Silvia Plath]

 

La obra comienza con Ana Yovino, presentando a Frida, un encuentro profundo entre la destreza del cuerpo actoral y la tradición mexicana de la muerte, en un cruce entre memoria, cuerpo y poesía.

Yovino baila en traje blanco y máscara de calavera, en una apertura que establece el vínculo con la ancestral celebración del Día de Muertos, donde la muerte se acepta y se honra con una estética que gira en torno a la calavera como emblema de transformación y reconciliación con el ciclo vital.

 

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

No te pierdas ésto

Gotas