La inminencia del estruendo

Acerca de Elio Veneri

Escribo estas líneas en las primeras horas de la madrugada, acabo de llegar de Montevideo y lo  hago movido por la urgencia que significa el peligro de perder una primicia. Como no soy, no he sido y nunca seré periodista, este comienzo abrupto exige de mi parte un relato que lo justifique.

 

Mi gran amigo, el profesor Hebert Benítez Pezzolano, me había invitado a participar en un simposio sobre la narrativa  del boom de la literatura latinoamericana a llevarse a cabo en la Universidad de la República; dos días antes de mi viaje a Montevideo, recibo un paquete enviado por un correo puerta a puerta que contenía un libro y una pequeña esquela de Hebert en la que me conminaba a que lo leyera antes de viajar. La tapa era de colores altisonantes, con una gran cruz esvástica sobre el fondo de una bandera norteamericana, el título coincidía con los condimentos propios de los best sellers, Misión O.D.E.S.S.A. - Operación Cielo, además había una nota que interpelaba  a los futuros lectores. “Eres parte de la misión O.D.E.S.S.A aunque no lo sepas”, el autor, Elio Veneri, era para mí un absoluto desconocido.

            No voy negar que la sorpresa por lo inesperado de ese pedido tan alejado de los intereses habituales que compartimos con Benítez Pezzolano, incentivó mi curiosidad. Lo empecé a leer esa misma tarde y no lo pude abandonar hasta el final, a media mañana del día siguiente, totalmente fascinado por una mezcla extraordinaria de elementos narrativos que le daban a la novela un espesor inigualable.

            Veneri ha sabido combinar con un exquisito talento un abanico de temáticas tan atractivas como insertas en la realidad a tal punto que en muchos pasajes sus referencias se acercan al ensayo histórico. La Argentina ha estado desde siempre vinculada al nazismo por múltiples razones, vale la pena enumerar solo algunas, las más notorias, a modo de confirmación: a finales de los años 30 en el estadio Luna Park de Buenos Aires se llevó a cabo el mayor acto de los partidarios del nacional socialismo fuera de Alemania, después de la guerra se dio asilo reconocidos jerarcas del régimen algunos nunca fueron descubiertos como Mengele y otros sí como Eichman, sumado a que de tanto en tanto los cazadores de criminales de guerra descubren alguien encubierto como  Erich Priebke, el asesino de las Fosas Ardeatinas, a esos datos que sería moroso enumerar con más insistencia, se suman medias verdades o mitos no comprobados pero de una gran verosimilitud, como los submarinos que traían hasta las costas del sur tesoros y refugiados, entre los cuales se menciona al propio Adolf Hitler, en tales motivos temáticos se asienta la cruz esvástica de la tapa. Pero eso no es lo único, las acciones comienzan con el asesinato de un profesor historia del arte en el Palacio Barolo, edificio construido en Buenos Aires como un homenaje simbólico a la Divina Comedia. Esa obra magnífica en la que se despliegan un conjunto de símbolos abre a la lectura las peripecias de un discípulo y amigo de la víctima, que tratará de develar la confabulación tras el proyecto de retorno al poder del régimen nazi en el mundo, pronto advertirá que debe enfrentar episodios de una formidable magnitud dinámica de desciframiento, que abracará todas las actividades del protagonista.

La  muerte con que se abre la novela será el anuncio de una serie nefasta de acontecimientos enigmáticos que conducen al develamiento de una siniestra conspiración responsable de los peores atentados terroristas de los últimos tiempos. Pero Misión O.D.E.S.S.A. - Operación Cielo tiene un aspecto que desborda los materiales con que se desarrolla la narración, es también un libro sobre la impunidad y sobre la horrible fuerza de los hechos; y en particular sobre la exigencia de la búsqueda de la verdad tras los diferentes y notables decorados con que la conspiración esconde sus designios.

En esos días, pude hablar poco con Herbert, muy ocupado con el ballotage en el que debía participar el Frene Amplio, el  simposio siguió lo carriles habituales, mi ponencia estuvo centrada en la impronta realista con que el rostro de Vargas Llosa se fue convirtiendo en mascarón en el convergen todos los rasgos de los carcamanes derechistas, no pasó desapercibida, pero tampoco tuvo mayores repercusiones. El último día, Hebert se me acercó junto a un hombre de mediana estatura, con una sonrisa con tres cuartas partes de ironía y una de cordialidad, me presentó a Elio Veneri. Después de que nuestro anfitrión nos dejó a solas, decidimos que ya era suficiente del boom y nos fuimos tomar un café.

Veneri tiene una edad indefinida, el pelo rubio que comenzaba a escasear en su frente iba tornándose entrecano, algunas pequeñas arrugas en torno de los ojos grises ampliados por cristales de los lentes sin montura contrastaban con su piel tostada y sus gestos agiles y cadenciosos. Hablamos hasta que el sol de la tarde fue declinando. Había nacido en Milán, estudió arquitectura, que ejerció durante algunos años, pero su pasión por la historia del arte lo llevó por otros caminos, se acercó primero a cátedra de Umberto Eco y luego participó del equipo de Paolo Fabbri, con ellos perfeccionó su interés por la simbología y la hermenéutica de los desciframientos. Correlativamente se fue introduciendo en el conocimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación hasta convertirse en uno de los mayores expertos en esa disciplina en el norte de Italia. Durante uno de sus cursos conoció a un artista plástica uruguaya, se enamoraron y decidieron venir a vivir en las afueras de Montevideo así ella trabajaría en su atelier y el podría rienda a su pasión por las dos ciudades del Plata, sus viajes a Buenos Aires se hicieron frecuentes; debo confesar que me sorprendió el riguroso detalle con el que describía los edificios emblemáticos de mi ciudad.

Esa larga conversación me permitió comprender cómo Veneri había urdido su novela poniendo en acto sus intereses intelectuales, por una parte el mundo como un territorio poblado de símbolos y anuncios, y por otra, la dinámica de las nuevas formas de comunicación que aceleraban el tránsito de los saberes a una velocidad vertiginosa.

Yo me reservé, acaso por pudor, frente a un hombre de tonos tan serenos, que hablaba une español muy pulcro en el que se colaba la cadencia del italiano,  mi valoración de sus procedimientos narrativos en particular el eximio ritmo con que se desarrollaban las acciones lo que alentaba una relación muy intensa con el lector.

Podría citar a mi colega Roberto Ferro que en la contratapa dice que con Misión O.D.E.S.S.A. - Operación Cielo hace su aparición en la escena literaria Elio Veneri con un thriller de ambiente y trama apasionante que lo revela como uno de los nuevos escritores de mejor estilo y mayor capacidad de composición para mantener al lector atrapado en el suspenso y el misterio.

Yo, en cambio, confesaré que me he apresurado  anticiparme porque en un simposio sobre el boom, digamos el estallido, pretendo ser quien se ha  anticipado al estruendo para dar cuenta del acontecimiento antes de que haya ocurrido.

Erbóreo R. Frot

Buenos Aires, 15 de noviembre de 2019.

 





 

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Literatura latinoamericana

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

El corazón es habitar la experiencia y el ritmo

Pasquale Mesolella, I giorni della pandemia. Prato: Pentalinea, 2024.

 

[Este es tal vez uno de los libros más emocionantes en la obra de Pasquale Mesolella (Teano, 1949). Va dedicado a “tutte le persone, note e ignote, conosciute e sconosciute, vittime inermi ed innocenti del covid o della guerra ucraina”. A simple vista, puedo decir que se ve a un poeta desprovisto de artilugios del lenguaje y que consagra la escritura como si su mano fuese un sello de lacre. Un poeta que se ha convertido en un reportero de un tiempo álgido que no está tan lejos y que continúa a hacernos eco. Los primeros textos de esta colección corresponden a enero de 2019 y los últimos, como el prólogo, se remontan a septiembre de 2023]

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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