Toda es fuga

Negra. Las palabras son en alemán. El lugar es una librería en el subsuelo. La librera vende libros, usados y nuevos, de autores latinoamericanos y versiones de autores alemanes.

El espacio es chico pero con mucho movimiento, nos amontonamos sentados en el piso al menos veinte personas. Y esto es una o dos veces por semana. Entrevistan autores, presentan libros o, como esta tarde, hay lectura de poemas. El movimiento cultural de Berlín me hace preguntar cómo se vive en ciertos países con tan poco y en otros, lo mismo no alcanza.

Schwarze. Las palabras del poema que leen ahora son en alemán. No las entiendo. Sin embargo las reconozco. No, no es las palabras lo que reconozco. Es el tono, el tono de voz con el que lee el hombre es el tono de un encantamiento. La voz dice ‘negra’ y las luces de la salita se apagan en un silencio. Sin ponernos nerviosos, alguien prende una vela, y la voz que recita continúa el encantamiento del poema y no tiembla como la luz.

Negra leche. No, no son las palabras ni es el tono de la voz lo que reconozco. Sin embargo, funciona en mi oído como el eco extraordinario de una voz que recuerdo. Ésta es otra, que decenios después recita, se une en el interior de mi cabeza grabada, tan en el pasado, y el encantamiento empieza a surtir efecto.

Schwarze Milch. Un idioma desconocido es una lengua mágica. Alguien lo habla y obtiene a cambios gestos y objetos de manera misteriosa. Alguien propone un recital, una persona cualquiera elige invocar este poema en su lengua y al escucharlo lo conozco y lo entiendo, tal vez, me digo, lo que entiendo sea el ritmo.

Negra leche del alba. Schwarze Milch der Frühe. La traducción se produce al compás en el que viaja, el significado es oscuro como el agua y en tres sílabas se dibuja una fuente en el aire, ‘wir trinken’. Son tres sílabas, o más bien, tres letras, son una te y una ere y una i que no sé pronunciar las que comprendo en la ilusión que esta voz está leyendo.

Cuando vuelve a encenderse la luz que no es de vela, salgo afuera a beberme la noche.

 





 

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

    Nació en Adrogué, en la zona sur del conurbano bonaerense, en 1984 y fue donde escribió por primera vez en una revista, el pasquín literario Mitin, de producción independiente. Más adelante empezó a publicar algunos textos en su blog, http://fragmentosdecosasincompletasdehecho.blogspot.com.ar/, y luego también en http://juliamilanese.wordpress.com/ donde actualmente sube sus artículos. Está terminando la carrera de Letras en la UBA y es colaboradora en la revista de viajes, Roomin.

DESTACADOS

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

PERSONAJES

Electrónica de Enzo Maqueira

No creo en la eterna adolescencia. Ni en la vida ni en la música. El que se escuda ahí es porque se resiste a crecer.

 

[Juan Carlos Baglietto]

 

La novela se caracteriza por la compleja narración que combina la primera y la segunda persona para retratar la experiencia íntima y fragmentada de su protagonista, La profesora que se enamora del alumno adolescente. Este vínculo, más allá de ser una relación truncada, simboliza el cierre de una prolongada adolescencia propia de una generación de clase media argentina educada en los años 90. 

DRAMATURGIA

Relatividad de St. Germain dirección Carlos Rivas por Ana Abregú

El universo no explica el amor, pero el amor explica el universo.

 

[Octavio Paz]

 

Albert Einstein se encontraba exiliado en Estados Unidos en un contexto marcado por las secuelas inmediatas de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en 1949. Este ambiente posbélico, cargado con la estela del conflicto global y el reciente estallido de la bomba atómica, genera una atmósfera de tensión y sospecha en torno a la figura del científico, a quien se le reconoce como un genio, pero cuya procedencia alemana produce desconfianza en el país de acogida. 

FRIDAS de Cristina Escofet por Ana Abregú

Yo habito la grieta entre lo que soy y lo que digo ser.

 

[Silvia Plath]

 

La obra comienza con Ana Yovino, presentando a Frida, un encuentro profundo entre la destreza del cuerpo actoral y la tradición mexicana de la muerte, en un cruce entre memoria, cuerpo y poesía.

Yovino baila en traje blanco y máscara de calavera, en una apertura que establece el vínculo con la ancestral celebración del Día de Muertos, donde la muerte se acepta y se honra con una estética que gira en torno a la calavera como emblema de transformación y reconciliación con el ciclo vital.

 

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

No te pierdas ésto

Gotas