Gabriel Bazalar o el caos de una lengua por Julio Barco

(Sobre Buen día, tempestad de Gabriel Bazalar López)

Conozco la poesía de Gabriel Bazalar Lopéz gracias a la Internet y la vengo leyendo secretamente desde hace varios años. 

Ya, desde las lecturas en las redes, había captado la plasticidad del lenguaje de Bazalar. Es una poesía en trance y conflicto. Suele mostrar versos afilados como buenos temas de rock e intensos como confesiones al borde del caos. No es un poeta de metáforas o de imágenes bruñidas, es sí, uno que abre o inventa sentidos desde el caos. Es un poeta pegado a una voz áspera, arrebatada y que cuida poco el qué dirán de las formas, por ejemplo aquí,

 

Vemos bastante libertad en el decir, pero también, es cierto, una sigilosa exploración sobre las propias materias expresivas. Esto dota a su nuevo poemario Buena suerte, tempestad (Editorial edit-or-ial in-evit-able, Arequipa, 2019) de una factura que, desde el propio rótulo, nos abre la puerta de un viaje por lo caótico e intenso:

 

 

Es decir, la poética de Bazalar es una sustancia en quiebre con la forma retórica clásica e inclinada más a una exploración de su propia lengua, es decir, a encontrar en la desnudez del lenguaje una singularidad de uso:

 

En esta factura, se logra bastante libertad expresiva, como también una belleza punk, una belleza no necesariamente suprema o empírea sino más expresiva con el viaje al borde, con los conflictos del yo, la mente, el lenguaje y la propia bifurcación entre sentimientos. Quizá, el haberse observado con juicio y hondura y haber escrito acerca de aquella exploración dota a la poética de Bazalar de un sentido de sinceridad que se extraña en poética más anquilosada al artificio. Como en una canción de Charly García, escuchamos el ritmo de alguien que no se encuentra bien en este mundo, que sufre por encontrar su propia conexión, o se descubre como un ser dividido:

Ahí, entonces, gracias a ese verse a sí mismo dentro del lenguaje y entenderse a sí mismo como lenguaje, se configura el ser gramatical de este cuaderno de versos, tan desaforados como inquietos que, tal como granadas lanzadas en una guerra, explosionan en el yo receptor. Mirando la poesía de nuestra región podemos encontrar en autores como Arturo Borda o el César Vallejo de Trilce a antecesores de aquel embrujo de encontrar, desde la lengua poética, un espacio para decirse y decir el mundo. De Borda, yo veo el atrevimiento de hacer una poética desde la mirada particular, aunque desordenada; de Vallejo, en Trilce, el sentido de explorar  temas no precisamente poéticos. Es natural que esa estética, al entenderse como juego del lenguaje, intente capturarse a sí misma. Por ejemplo en este poema:

…observamos como el yo y te tú se configurar bajo registros como, por un lado, “ángeles caóticos y murciélagos depilados” y, por otro, “recuerdo que era negro y frío” Aquí, los lectores de poesía peruana encontraran un guiño al famoso poema de Juan Ramírez Ruiz (3) aunque también una toma personal de influencia, donde no se copia al autor, sino se re-usa aquella exploración para lograr una configuración propia. Veamos que la distancias entre ambas poéticas es por la cuestión ideológica que la poética de Ramírez Ruíz en últimas busca. En la tormenta de Gabriel Bazalar encontramos más una mirada cínica, una suerte de humor negro que ásperamente ríe, observa, sueña, dibuja, copia, subraya su propio reflejo:

 

 

El estilo se sostiene por las casi treinta páginas de este volumen y deja, no obstante, el fulgor de una canción que se oye a solas, donde suena la compulsión de los cuerpos al límite, el lenguaje como una ráfaga larga y ajustada de párrafos donde el autor y su yo poético atolondrado hacen de su totalidad la épica de una temporada en el caótico movimiento del vivir, sentir, escribir, trabajar lo escrito bajo las coordinadas de lo vivo… escribir y usar la poesía como un reportaje del mundo interno, como una web cam atrapando la vorágine propia, la dinámica mental propia y singular e inherente que poseemos, para precisamente definirnos dentro de la casa del lenguaje y someternos a esa música maquinal que la poesía, en ciertos organismo, condena:

 

Gabriel logra hacer poesía usando a su modo el lenguaje, un modo no precisamente ligado a la belleza, o que precise de un cielo nítido. Su música es la música de alguien que no soporta la realidad y la triza. Esa trizadura, que algunos pueden considerar demencia, le da a su poética una torrencialidad donde no se protege de absurdo, lo cursi, las confesiones dulces, la mirada sobre sí misma que amplifica, como un zoom, cada pequeña partícula del Uno Mismo.

Ello también es un riesgo y un límite en ciertos aspectos, y no deja de tener, sin embargo, una belleza particular y mucha rabia. Y eso es lo que trasmite el voltaje de Bazalar: rabia, desorden, vitalidad, algo que separa para siempre su poética de lo contemplativo y la liga a un movimiento caótico mayor. En ese sentido, la poesía de Bazalar es sincera y honesta con su propia épica y eso ya es loable. No se impone la exigencia de parecer culta o académica, ni de precisar un tema social o político, sencillamente desenvuelve su música como un concierto punk, donde la música estalla y el pogo, donde los cuerpos se golpean mientras se asfixian y gritan, redima la tormenta de ser y saberse vivo.

El caos, el desasosiego siempre serán buenas compañeras para el arte poético, aunque vivir en ellas, permanecer en ellas, habitar en el infierno, sea muy, excesivamente problemático.  Uno finalmente elige, tomando los versos del propio autor entre ser:

 

 

Y, así, darle o no darle los buenos días a la tempestad.  

Notas:

  1. y (2) En general, los poemas que integran este trabajo no poseen títulos específicos sino que son todos una gran masa de signos que forman un solo magma de sentidos e intensidades.

 

  1. El poema en cuestión se llama El único amor posible entre una estudiante en la academia de decoración y artesanía y un poeta latinoamericano” del poemario Un par de vueltas por la realidad.

 

 




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Literatura latinoamericana

    Estudió en la Universidad Nacional Federico Villareal, donde fundó el grupo Tajo. Director de Lenguaje Perú tanto web (https://lenguajeperu.org.pe/) como fan page (www.facebook.com/lenguajeperu.org.pe) donde dicta conferencias sobre Poesía y Literatura. Administra la página facebook Poético Río Hablador. Premios: Mención Honrosa Poeta Joven del Perú (2020), Premio Huauco de Oro (2019), Premio Gremio de Escritores (2018) Premio Especial Antenor Samaniego (2019) Finalista Sección Cuento Antenor Samaniego (2019). Guarda una memoria de sus trasmisiones virtuales en el siguiente canal de Youtube: https://www.youtube.com/c/JulioBarco Página Web personal https://www.juliobarco.metaliteratura.com.ar/ Participó en el festival de poesía Latinale, organizado en Alemania, en el 2021. En los últimos cinco años, viene recorriendo el Perú dando recitales y talleres en lugares como Trujillo, Pisco, Tacna, Cajamarca, Chiclayo, Cusco, Arequipa entre otros. Película sobre la poesía de Julio Barco: Canción de la intensidad. Ver aquí: (Link 1) https://www.youtube.com/watch?v=dG4iWoJIT4w&t=3158s (Link 2) https://www.youtube.com/watch?v=oqZNiGgQub0&t=3s Chaufa (2024) (Ed. Higuerilla) El nuevo fuego (2023) (Ed. Higuerilla) Petra y la guerra del agua (lit. infantil) (2023) (Ed. Higuerilla) Sietes arengas populares (2023) (Astronómica Editorial) Dejar de escribir (2023) (Ed. Higuerilla) Dos amantes bajo el cielo de Lima (2022) (Ed. Higuerilla) Virtualismo (2022) (Ed. Higuerilla) Poetizando (2020) (Ed. Higuerilla) Andenes de la nueva lírica peruana (Ed. Fundación Pablo Neruda) (2022) Danza en la pupila de tus ojos siderales 2022 (Ed. Higuerilla) Resumen: Ciudad Lila 2022 (Ed. Higuerilla) Electromagnetismo 2022 (Ed. Higuerilla) La galaxia de dos mundos 2022 (Ed. Universo) Made in Perú 2021 (Ed. Astronómica) Con(c)ierto 2021 (Ed. Abra Cultural) Semillas Cósmicas 2021 (Ed. Higuerilla, 2021) Mosaico 2021 (Ed. Astronómica-Metaliteratura) Yo construyo mi país con palabras 2020 (Ed. Metaliteratura) Copiar, cortar, pegar, cargar 2021 (Ed. ObraAbierta) Sistema Operativo 2020 (Ed. Seshat) Des(c)ierto 2020 (Ed. Metaliteratura) Semen (Música para jóvenes enamorados) 2019 (Ed. Lenguaje Perú) Lamúsicademicabeza-volumen7 2019 (Ed. Lenguaje Perú) Arder(gramática de los dientes de león) 2019(Ed. Higuerilla) Arquitectura Vastísima 2019 (Ed. Huachumera) Respirar 2018(Ed. La Chimba) Me da pena que la gente crezca 2011 (Ed. Arteidea)

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

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