El Narrador policial en la era actual

Las últimas novelas publicadas por el escritor Roberto Ferro, se inscriben en la tradición de la novela policial y de suspenso; con figuras, formas y registros que adhieren a escrituras como Georges Simenon, Ricardo Piglia,  Rodolfo Walsh,  entre otros –algunas pistas se podrán encontrar, incluso en los títulos. 

De tendencia realistas, en un derrotero no solo geográfico –Florencia, Italia y diferentes ciudades en Argentina, Uruguay– sino de importantes nombres de diferentes fuentes, con punto de fijación en una oficina –en la galería Güemes, ya emblemática, en Capital Federal.

Jorge Cáceres, un buscador de libros raros, de mirada estrábica, en un espacio estrecho, pero enorme en contenido de libros y bibliotecas; que a su vez, constituye el material narrativo y vehículo de elementos imaginarios, corroborados por hechos del mundo literario, político, que conforman una constante activación de la ascendencia literaria, elementos reconocibles, líneas argumentales analíticas, operaciones intelectuales que concatena con acciones de la realidad: reunión de recuerdos, conversaciones, fotos, vivencias, delaciones, que eluden organizar la resolución en alguna perspectiva de única dirección, sino más bien un panóptico; donde el componente azar –que nos recuerda a la literatura de Paul Auster–, funda un aspecto nuevo en la tradición detectivesca: no es siempre el detective –buscador de libros raros– el que arriba a la resolución; y por otra, la diseminación de pistas, no en función del crimen o delito, sino en la deriva de la biblioteca misma de Cáceres y su relación con particularidades del género, introduciendo la dimensión ética y social de la exterioridad del caso mismo, mutando la característica del investigador excéntrico por la del buscador de libros excéntricos, a quien es el delito mismo el que interpela, a través de su profesión, y lo involucra de casualidad; Cáceres se introduce en las tramas convocado por la guía o deformación del campo de interpretación, los libros; y el elemento opositor, por momentos, es el propio razonamiento de Cáceres que discurre entre argumentos y entrecruzamientos con la realidad de los acontecimientos. El esquema de acumulación de pistas, desde diversas fuentes, como el arte, la pintura, herencias literarias; aspectos que remiten, con cierta melancolía, a una materialidad dentro del mundo de Cáceres, sobre todo porque ha pasado parte de su vida en Florencia, la cuna del Arte, y a su vez, ciudad italiana, el centro neurálgico de la fe católica, lo que no deja propósito sin tocar, actuales y antiguos; testimonios de escritores que han dejado una huella en textos publicados, imán para un experto, casi crítico.

La narración transcurre permeada por la voz narradora; Cáceres escribe notas, que luego vuelca en relatos novelescos, cede la palabra a una serie de personajes que toman el rol de curadores de sus notas, que vienen a funcionar como un vehículo en el que la mirada externa toma decisiones sobre las notas y sus significados, se permite una situación interesante: neutralizar el carácter aleatorio del género Diario, o notas personales, enfocándolas en una visión interior, de sesgo literario, y de allí, el montaje de elisiones e interpretaciones e incluso la situación de voyeur en la biografía del propio Cáceres; en donde las soluciones a los enigmas, interceptan con el objeto de interés de Cáceres: la búsqueda de libros, y el juego entre que lo que está perdido –y por ello se busca– y el carácter de ocultamiento, toma una dimensión de objeto escondido a propósito, como si constituyera una clave importante en la investigación de los crímenes; lo que construye un hilo conductor, desde el presente al pasado de la razones de la pérdida u ocultamiento, que es una investigación en paralelo y que resulta en un proceso de historicidad de textos, autores, sucesos literarios y personajes que orbitan alrededor de ellos.

En los relatos, algo hay que recuperar, ya sea un libro, una historia, una verdad, un asesino; qué será primero o qué será verdad: es una incógnita a develar; la genealogía de la literatura de Ferro constituye ya un producto de esta época, sin necesidad de nombrar siquiera la tecnología, la dialéctica entre lo histórico, ontológico y los instrumentos de develación, la inferencia del trasfondo político y socio cultural, donde la intensidad escritural toma su lugar como si circulara entre el adentro y el afuera de Cáceres –y pudieran invertirse para descubrir un culpable–, son reconocibles a la manera de las búsquedas de esta época: una simple indagación de nombres, situaciones, sucesos que son de fácil recorrido en la Internet, nos proveerá de algunos recursos para acompañar la perspicacia del desarrollo –actividad que prolifera en esta época: la constatación con la realidad–, proponiendo un recorrido, no sólo temático, de suspenso, sino también escritural; donde hay modelos como el de Ezra Pound, aciertos y desaciertos que conforman otra experiencia narrativa que no se ajusta a un género.

En Roberto Ferro hay una aventura literaria, que se desajusta del género, y se vuelve metonímico; el narrador, a veces, un tal Roberto Ferro, amigo de Cáceres, más dotado para la escritura, ya que es crítico, pero también con el sesgo de la profesión: lo importante parece estar en otra parte, hay un lector, no un juez que quiere justicia; y a qué asistimos: a un duelo de astucias, la confrontación entre el lector que ya entra al texto con las pautas sobre el género, y al lector con atención especializada en los recursos, que son extensos, en la tradición novelística del suspenso y el policial, así como la sombra de los que incursionaron, punzaron, vencieron: Jorge Luis Borges, Ricardo Piglia, Leonardo Padura.

Las novelas policiales o de suspenso de Roberto Ferro ya constituyen una zaga, de gran interés para lectores no necesariamente del género; se encuentran en digital, en papel, se compran en Amazon: Clic aquí para recorrer su obra

 

Roberto Ferro, escritor y crítico literario. Doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires, profesor e investigador de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha dictado cursos de posgrado en Uruguay, Brasil, Venezuela, México, Francia, España e Italia. Participa del Consejo Editorial de numerosas revistas académicas y literarias. Entre sus libros publicados están Lectura (h)errada con Jacques Derrida -Escritura y desconstrucción (1995), La ficción. Un caso de sonambulismo teórico (1998), El lector apócrifo (1998), Sostiene Tabucchi (1999), Onetti/La fundación imaginada (2003), De la literatura y los restos (2009), Derrida- El largo trazo del último adiós (2009), Fusilados al amanecer (2010), Textos y mundos (2015), Cortázar – Un nómada de otras orillas (2018) y El aparejo de un crítico (2021). Ha dirigido el volumen dedicado a Macedonio Fernández en La Historia Crítica de la Literatura Argentina (2007), y la edición crítica de Operación Masacre seguido de La campaña periodística (2009). También ha publicado las novelas El otro Joyce (2011), Los borradores de Macedonio (Una casi novela sin final) (2016), Fuera de Foco (2018), Desde aquella ventana (2019), Y tendrá tus ojos…(2019), El pozo de Funes, (2020), Todo viene del pasado, (2020)y La próxima puerta (2021).  Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés, al portugués y al italiano. En 2016 fue distinguido con el Premio Konex a “Ensayo literario” por el período 2004-2013.

 





Ana Abregú.

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Literatura latinoamericana

    Ana Abregú, escritora, con formación en ingeniería electrónica trabaja como SEO posicionamiento y Community Manager, ha publicado novelas, poemarios, relatos, ensayos y crítica literaria. Editora y redactora de la revista Metaliteratura. (http://www.metaliteratura.com.ar), shop de libros editados: http://shop.metaliteratura.com.ar. Obras: Bitácora de escrituras, Recursos literarios, 2024, U (Crónicas junio 2023 – agosto 2023), crónicas, 2024; E (Crónicas enero 2023 – mayo 2023), crónicas, 2024; Ulises en su laberinto, ensayos, junio 2024; Las razones de la sal, novela, enero 2024; Venablos, poemario, 2023; A (Crónicas, agosto 2022, diciembre 2022), 2023; Errancias del ayés, relatos, 2023; Conversaciones con Žižek, relatos, 2023; Blogs para el posicionamiento, SEO posicionamiento, informática, 2022; O (crónicas 2022 – agosto 2022), 2022; Ignitos, relatos, 2022; Y (Crónicas, abril 2020 - febrero 2022), 2022; Teorema de la Lengua, poemario, 2022; Pentimentos. novela, 2022; Supay, novela, 2021; El Pallo Gelao, humor gráfico, 2021; Pareidolia, crítica literaria, 2021, Antí(eu)fon(í)as, poemario, 2021; Textorios, ensayos, 2021; Cíngulos, ensayos, 2021; Descontextos, ensayos, 2021; La mujer fingida, novela, 2020; Atrave(r)sar, poemario. 2020; Dédalo. novela. 2020; Ex criaturas. microrrelato, 2020; Señales del tacto, novela. 2020; Mover el punto, novela. 2019; El espejo deshabitado, novela. 2019; Paranoxia Dalí, novela, 2018; Adelaida Sharp en tu tiempo, novela, 2017. Se consiguen en Amazon.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

El corazón es habitar la experiencia y el ritmo

Pasquale Mesolella, I giorni della pandemia. Prato: Pentalinea, 2024.

 

[Este es tal vez uno de los libros más emocionantes en la obra de Pasquale Mesolella (Teano, 1949). Va dedicado a “tutte le persone, note e ignote, conosciute e sconosciute, vittime inermi ed innocenti del covid o della guerra ucraina”. A simple vista, puedo decir que se ve a un poeta desprovisto de artilugios del lenguaje y que consagra la escritura como si su mano fuese un sello de lacre. Un poeta que se ha convertido en un reportero de un tiempo álgido que no está tan lejos y que continúa a hacernos eco. Los primeros textos de esta colección corresponden a enero de 2019 y los últimos, como el prólogo, se remontan a septiembre de 2023]

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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