Los dos hermanos

Ilustración Huadi.

Dos hermanos huérfanos salieron en busca de su tío, Latrapay Viejo. Caminando, llegaron a un lago. Te voy a despiojar, hermano -, le dijo uno al otro, porque de tanta tristeza le habían aparecido piojos. Mientras su hermano le despiojaba la melena, resbaló de la piedra donde estaban y se ahogó en el lago. El que quedó se lamentaba desconsolado, cuando salió del agua el ahogado, montado en un zaino brillantes, que relumbraba entero con la plata de su empendrado. - Por qué lloras, hermano? - le preguntó al de la orilla. - Acabo de perder a mi hermanito... ¿No soy yo tu hermano? - dijo el salido del agua. El otro lo reconoció y le pidió que también lo despiojara a él. Y el segundo hermano cayó al lago, y salió también montado en un oscuro grandote, también cubierto de plata. Y los dos salieron al trote, en busca de su tío. Se les cruzó el Chimango: ¿Adónde van, compañeros? - preguntó. Gente que come carne de lomo lastimado de caballo, no nos habla a nosotros- respondió uno de los hermanos. Y siguieron la marcha. Y se apareció el Carancho: Gente que come culebras no nos habla a nosotros - lo atajó el otro. Y siguieron. Al Jote tampoco le respondieron. ¡Cabeza pelada, comedor de carne de perro! - le gritaron Sólo al Buitre le contestaron, porque come carne de ternero. Y le dijeron que iban en busca de su tío. ¿Ustedes son sobrinos de Latrapay Viejo...? - los reconoció el Buitre-. A la salida del bosque viven sus dos hijas... ¡los recibirán muy bien! Al trote y haciendo tintinear la plata de sus aperos, cruzaron una pampita y llegaron a casa de sus primas. Tan bien los recibieron, que inmediatamente decidieron casarse: los hermanos con las dos hermanas. Pero el Viejo, del otro lado del bosque, desconfiaba al no saber de sus hijas. Y envió a su hijo varón, el Zorro, para que averiguara. Trotando en su petiso llegó el Zorro, pero los hermanos pudieron ocultarse. - ¿Están bien las dos? - preguntó el recién llegado. El Zorro fue dos veces más a averiguar. Pero las hijas seguían sin visitar al Viejo. El zorro, desconfiado, llegó otra vez despacito y entró a la casa por atrás. ¡Y pilló a sus hermanas abrazadas con dos hombres, como gente casada! Recién llegaron nuestros primos..., ¿ves? - se justificaron ellas. A trote largo partió el Zorro. ¡Ya me jugaron sucio mis sobrinos! - bramó el Viejo. Les dirás que vengan a voltear un árbol que va a aplastarme la casa; si no, ¡que me devuelvan a mis hijas! Llegaron los sobrinos y Latrapay les dio dos hachas tan malas que rebotaban en la madera. Pero los hermanos (que sabían de brujería) pidieron al Cielo dos hachas sagradas, con las que voltearon el árbol enorme en cuatro hachazos. Al Viejo le dio rabia que los sobrinos cumplieran. Y pidió más. Una piedra enorme está por aplastarme la casa - les dijo; ¡sáquenla! Los hermanos invocaron al viento Norte y al viento Oeste, y una tormenta tremenda movió la roca, apartándola de la casa. Dos toros malísimos - insistió el Viejo - siempre me amenazan cuando salgo al campo. ¡Mátenlos! Como los hermanos no podían con ellos, llamaron del Cielo a dos cuzquitos, dos perritos pastores que enfrentaron a los toros. Éstos los tragaron vivos; pero, ya en la panza de las fieras, los cuzquitos devoraron sus entrañas, bebieron su sangre, y los toros cayeron muertos. Los hermanos los cuerearon, rescataron a los perritos (que volvieron del Cielo) y enviaron los cueros al Viejo. Pero, mientras carneaban a los enormes animales para hacer charqui y llevar a sus esposas, Latrapay - ya del todo furioso - resolvió vengarse en sus hijas. Y se llegó hasta la casa de las hermanas y las mató, y las dejó cubiertas con sus mantas como si estuvieran dormidas. Al llegar con el charqui, los hermanos descubrieron el crimen. Y tan tristes quedaron que no quisieron que toda la vida se acabara con ellos. Llamaron a su cuñado el Zorro, que decidió ayudarlos, y con su petiso tordillo salió, con una gran olla de barro en las alforjas, en busca de la Noche Eterna que iba a acabar con la vida. Pero se enteraron el Chimango, el Carancho, el Jote y el Buitre, y convocaron al Parlamento de las Aves para evitar el desastre: ¡la vida iba a desaparecer otra vez de la Tierra por el orgullo de los hermanos y las maldades de Latrapay! Entonces la Perdiz tuvo una idea: esperó al Zorro cuando volvía, al trote, en su tordillo y con toda la Noche Eterna en la olla de barro, y se cruzó con un rápido vuelo chillando fuerte delante del petiso: ¡Prriii...!" El animal se espantó, volteó al Zorro, tiró las alforjas, rompió la olla..., y la Noche Eterna se evaporó. Y la vida siguió sobre la Tierra. Los hermanos se murieron de tristeza y el Viejo Latrapay, de rabia; pero los pajaritos siguieron alegrando con su canto los floridos valles de la Cordillera.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

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