El héroe del pizarrón

Fines de un noviembre tórrido, años ’90, una compañera me solicita que la acompañe a sala de profesores porque había elegido un texto que había trabajado Roberto Ferro en Teóricos. Una novela de Napoleón Baccino, Maluco, la novela de los descubridores. Asentí con la firme convicción de no emitir sonido. La clase había sido magistral como la novela pero no sólo no quería encontrarme con él en un examen sino que ya había elegido trabajar a Roberto Bolaño.  Llegamos a sala de Profesores y allí esperaba un Ferro caballeroso, dispuesto, afable.  Cuando mi compañera dijo que deseaba trabajar la figura del héroe en aquella novela, Ferro le preguntó “¿Qué es un héroe?”. Ella ensayó toda suerte de respuestas frente a un rostro impertérrito que negaba con bonhomía. Cuando los argumentos se terminaron, el Profesor Ferro dijo: “Un héroe es un programa narrativo”. Y mirándome preguntó: “¿Y usted?”. Perturbada respondí que aún no me decidía. Saludamos, agradecimos y huimos, no volví a saber de aquella compañera.

Poco después Celina Manzoni interesada por cómo estaba trabajando a Bolaño me dijo que fuera al estudio de Roberto a buscar un ejemplar especifico de la Revista SyC., escrito por Noé. Ferro en ese número escribe una nota sobre Max Brod, superlativa.

Fui al estudio que muestran las fotos de casi todos, con ese pizarrón significante y estaba tan nerviosa que cuando me fui, amablemente me preguntó “¿Cómo se va?”, mi respeto era enorme. Por fin había accedido a otra liga. Así que lo entendí mal, escuche  “¿Cómo le va?” “Bien, bien, respondí”. Me miró y reafirmó: “¿que cómo se va...?” “Ah, en tren, en tren…y hui otra vez”.

La tercera sería la vencida. El tema de mi final era de Manzoni, llegué y me senté a esperar. Tiempo después llegó Ferro, miró la lista y dijo: “Tomá examen vos hasta el 10, a partir del 11 tomo yo”.

Yo era Negro el 11 y cuando dijo mi apellido fui hasta ese rincón como el inglés de El Matadero. Me recibió con amabilidad y me preguntó el título de mi investigación: “La violencia como partera de la Historia” dije, glosando a Marx. A partir de ese momento en que se acomodó en la silla, yo solté y di el mejor final de mi vida, no por la puntuación que fue más que óptima, sino porque charlamos, intercambiamos, él asentía y yo más redoblaba la apuesta. Lo que siguió fue una felicitación privada y pública, fuera del aula y el tiempo que quedó dentro del claustro no entregué nada que él no revisara primero. Le hice entrevistas por sus libros y muchas bromas. Me hizo un encargo delicado y lo cumplí con premura y afecto infinito.

Después, hubo iniquidades contra su persona como hay en todos los claustros, pero no hubo un lector tan generoso hasta el final. El martes participó de las Jornadas de Vanguardia, el miércoles también estuvo allí y el jueves no despertó.

Desde hace 48 hs. creo que es una broma. Cuando advierto que no, pienso que están tramando algo con Noé, y que sus fantasmas sabios rondarán para siempre el espacio del Instituto de Literatura Latinoamericana UBA y harán muchas travesuras macedonianas. No  muere quien es recordado. 





Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

No te pierdas ésto

Gotas