Serie Dalí

Felipe Alarcón, reconocido pintor cubano afincado en Madrid, presenta la -Serie Dalí- en el contexto del año dedicado al maestro del surrealismo del 1 al 15 de julio en el Palacio de Congresos y Exposiciones Joan Miró de la capital de España. En dicha obra profundiza en el universo imaginario y surreal del artista catalán, combinando alusiones pictóricas con otras personales, porque Dalí era un artista total en toda la extensión del concepto.

Asimismo se interesa por la idea del tiempo expresada por el creador catalán de Figueres, incidiendo en la capacidad de digerir el paso de los segundos, la transmisión de conocimientos y la sucesión de acontecimientos. Hay, también, un apartado dedicado a Gala, la musa, la mujer internacional, símbolo poético, eje del discurso, objeto de buena parte de la declaración surreal. Por otra parte muestra en un plano destacado a los relojes blandos, su fama de ‘voyeur’, el culto a la ciencia, la presencia de hormigas, su pasión gastronómica, la afición sensual por la catarsis de la belleza, Leda atómica, el paraíso perdido de lo simbólico, la fragancia del dólar, la persistencia del cromatismo y la idiosincrasia del dibujo. Felipe Alarcón, crea una obra fundada en el color, en la experimentación simbolista, en la que incardina un discurso de carácter surreal, aunque expresionista en las formas, en el que la catarsis de imágenes se suceden, bien sean dibujadas, pintadas, incorporadas a través de collages formados por fotografías y recortes de prensa, imágenes de revistas fragmentadas y por porciones de sus propios dibujos. Posee una predisposición hacia la implicación de la materia a partir de la unión de diferentes disciplinas –dibujo, pintura y fotografía- sobre tela, a partir de la cual ‘pinta’ sobre la propia fragmentación visual de las fotos empleadas y del conjunto de temáticas que incorporan sus collages. Emplea la superposición para acentuar expresivamente el color por zonas, organizando una composición dentro de otra composición más general, a modo de imagen que sobresale o de gesto dentro de la superficie de lo pintado. ‘Serie Dalí’ muestra una preponderancia de fotografías del maestro, especialmente de su cara y bigote, resaltando sus ojos profundos, negros e inquietos, cuyo tamaño parece ser mucho más grande que el que tienen. Exhibe a Dalí, como maestro, genio pintor de altos vuelos, de zancada imprevista, quien con el método paranoico-crítico viaja a través de los conceptos, para asentarse en las nubes del desarrollo, dirigiéndose hacia la elegancia de lo sublime, que está por encima de lo cotidiano, para constituirse en paradoja de sí mismo. Felipe es un expresionista surrealista, que en series como ‘Crónicas Milenarias’ emplea el método autocrítico-automático, en contraposición o emulando el paranoico-crítico de Dalí, para desarrollar todo su universo de imágenes e iconismos, basado en el reloj, en la máquina de medir el tiempo, en la necesidad de comprender, saciarse de saber, vivir hasta extenuarse, porque solo se vive una vez. En este sentido se muestra preocupado por saborear la existencia minuto a minuto, segundo a segundo, buscando instantes, intentando expresar en cada momento su densidad vitalista, su orientación más pro-biológica, que no visceral, sino pro-conocimiento. La existencia es fuente de saber y todo lo que conocemos está presente, lo que pasa que hay que saber leer las claves de acceso. De ahí que su obra se muestre siempre claramente comprometida con la dinámica del hoy, a partir de plasmar la gran fuerza que encierra la propia realidad. Esta declaración visual de principios del pintor cubano se vuelve a repetir en otras series temáticas como, por ejemplo, en el ’11-M’ o ‘Crónicas del Terror’, en la que realiza un homenaje a las víctimas pero también a la sociedad que soporta el cruel atentado. El collage es una constante en su creación, porque surge del sentir popular, al igual que los graffiti, expresión espontánea de quienes desean expresar su dolor. En la manifestación multitudinaria de repulsa al 11-M surgen distintas manifestaciones de arte popular, de expresión de sentimientos plasmados en diversos soportes, que luego el creador cubano recicla e incorpora en su obra pictórica. Actúa como cronista de su época, de auténtico notario que expresa el alcance de la acción de la realidad en su universo imaginario. Es un artista que bebe de las fuentes directas de la sociedad, de la noticia, del instante preciso, recopilando informaciones visuales e intelectuales para, acto seguido, transformarlas en torrentes plásticos de expresividad compleja o no. Incluso llega más allá, dado que emplea fragmentos de noticias, retratos y fotografías publicadas para dar mayor consistencia a su interpretación de las temáticas objeto de su interés. Su posición parte de un universo personal, basado en la catarsis, en el desfogue directo, en el dejar fluir para luego plasmar cual torrente sus ideas, que son explosivas, que poseen una cierta predisposición marcada por la ironía. En ‘Serie Dalí’, destaca el respeto que tiene por el legado y la obra del pintor de Cadaqués, desgranando cada una de sus obsesiones más significativas, mostrando su visión del mundo, centrando su obra en sí mismo, de ahí que incorpore su fotografía personal al lado de la del genio de Port-Lligat. Mientras Dalí viaja, se interesa por la ciencia y el arte universal, conecta con los personajes que deciden en todos los ámbitos en su época, Felipe se alimenta de los mass-media, Internet, cine, teatro, la política y los libros. Amante de los relojes, como objeto funcional pero también respetando su diseño, opina que el tiempo es fundamental e inviolable, considerándolo juez y parte de una humanidad que evoluciona con paso firme cuyas acciones son irrepetibles; mientras que Dalí, en los relojes blandos relativiza el concepto del paso del tiempo, en el sentido de afirmarse como creador más allá de las circunstancias. Otro factor importante tratado en esta serie por el artista cubano es el uso de la gastronomía y sus elementos en la composición. Es una constante en Dalí, -recordemos la cesta de pan, las chuletas en el hombro del hombre sin rostro-, mientras que Felipe Alarcón compone un retrato del creador universal con frutas tropicales. Todo es valido para expresar las inquietudes artísticas, no importa si son ‘elementos pobres’ o bien materiales puramente plásticos. En este sentido Felipe vierte toda su fuerza aglutinando cual torrente enrabiado una pléyade de fotos, pintura, dibujo, recortes de prensa, iconismos que forman una espiral en forma de mosaico, de mural en el que se puede leer, sorteando los laberintos, su cúmulo de intenciones. Su obra se nutre de disparos, fogonazos, señales de humo y de banderas ondeadas al viento por quien sabe distinguir las diferentes tribus que conforman la vida en el salvaje Oeste. No hay instante para concesiones, sino una declaración de principios, sin tapujos y sin matices.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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