PARA ANORMALES de Matías Del Federico, Daniel Veronese por Ana Abregú

En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas: ley, opinión pública y conciencia.

William Somerset Maugham

 

La obra propone el juego de perspectivas flotantes que pretende establecer, sin sutilezas, que certeza y opinión de grupo son sinónimos de justicia.

 

En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas: ley, opinión pública y conciencia.

William Somerset Maugham

 

La obra propone el juego de perspectivas flotantes que pretende establecer, sin sutilezas, que certeza y opinión de grupo son sinónimos de justicia.

Parejas de padres, Rodrigo (Walter Muni) y Sara (Maia Lancioni), Lucas (Gerardo Scherman) y Manuela (Merced Urgel) –en representación del grupo de padres del 4B, niños de 9 años–, complotan con la Directora de la escuela, Olga (Liliana Pécora), para convencer a una madre, Verónica (Soledad Vázquez), sobre la conveniencia de retirar de la escuela al hijo, Franco, que sufre el síndrome de Asperger.

El escenario es la casa de Olga, de profesión psicopedagoga, astróloga y listado de títulos apócrifos en artes de brujería, en el sentido de establecer autoridad “científica” sobre su capacidad para conducir el encuentro que se percibe conflictivo, responsable de conducir la reunión en una lábil línea con que se disfraza la apariencia de neutralidad, ya que su interés es económico; prefiere perder una clienta que a todo el resto.

Los padres, sometidos al peso y capacidad de concentrarse en argumentos dentro de discursos organizados para eludir la responsabilidad sobre el conjunto social, sostenidos en el vago criterio de lo que es mejor para el propio hijo, sin considerar la diversidad como derecho y beneficio; que podrá en juego el desplazamiento entre prejuicio y legitimación, se convencen y alientan entre sí sobre derechos, razones, conveniencias, y suposiciones sobre la “normalidad”, así como exigencias sobre el comportamiento de los otros y lo que “debe” ser tratando de convertirlo en lo que es “correcto”.

La obra avanza en una cinta de Moebius, la dirección del “lugar del otro”, categoría difusa, cada uno se enfrentará a la situación latente; el espectador, que expone al espectador a la pregunta “¿yo qué haría?”.

Contamos con un conjunto paradigmático de opciones; los padres desde diversos puntos de vista coinciden en lo mismo: la solución es apartar el problema, expulsarlo, que el problema sea de otro; la empatía como género secundario frente a la ponderación de la afirmación superflua sobre la influencia negativa, que no es tal, para los chicos, sino una construcción de los padres.

El quiebre de estatus quo se produce cuando interviene el recurso de un devenir que excede el protagonismo individual, lo mágico trastoca los roles. Lo místico es una presencia subyacente, no solo por la presencia enorme de un objeto que se dice, proviene de Sumatra, sino porque condiciona la convalidación de  un sistema alternativo de “juicio” o razón: “algo”, más allá de la razón social y  la ciencia, que remite al paratexto: el título de la obra, cuya gráfica de representación proveerá la ambigüedad sobre la que pivota la obra desde los panópticos lingüísticos: “para” de por encima, más allá; “para” de detener a los anormales; “para” de dedicado a los anormales, uno y todo eso; representación de una sociedad que, como un ouroboros, vuelve sobre sí misma, el matiz de asociación con una lógica de autoridad basado en la “mayoría” como equivalencia de convivencia e incluso resignación, la aceptada tal conciencia colectiva como sostén moral.

¿Asistimos a la maniobra adversa o en reversa de lo que queremos “para” nuestra sociedad?

Acaso advertencia, acaso espejo, mecanismos que erosiona las bases mismas de la convivencia; hay una lógica desnuda que permea los discursos: no se reflexiona sobre la inclusión o la comprensión o siquiera la tolerancia, hay un manifiesto único, aún cuando cambie de persona la circunstancia; sin embargo por la ley de la diversidad atópica, Verónica, será factor aglutinante de lo que se puede denominar esperanza.

Las motivaciones enmascaran lo espiritual sujeto a la intersubjetividad, el diálogo suprime razones de capacidad, formación para el futuro, respeto, el conjunto interdisciplinario de convivencia social e intelectual, como condicionantes de la educación para propios y ajenos, y el apoyo de la manada como confirmación de comportamiento que establece una solución en la exclusión, con creciente dureza en los diferentes criterios que podrían estar cuestionando la lógica de la ética y la moral.

Seis personajes que no se hacen sombra en el histrionismo, cada uno con sus características, relevante habilidad para sostener la tensión dramática; si por género trágico podemos esperar los estereotipos buenos y malos, podríamos decir que la inversión convierte en drama la puesta. Comedia es la clasificación, queda para el espectador decidir si tales etiquetas le caben.

Notables actuaciones dentro de los estereotipos, el empresario, la esposa corporativa, el buscavidas y esposa apañadora, Directora con exceso de títulos poco convencionales, la madre consiente; un conjunto representativo que remite al laboratorio del origen de la construcción de la sociedad actual; así como el vestuario que tiene voz por sí mismo, podemos calificar el rol del actor, e incluso sus medios económicos.

Teatro para reflexionar, conjunción del arte y la vida, tal vez cierto fracaso de la parodia como incisiva realidad  que borronea el reflejo en dónde mirarse con y sin pudor.

La obra nos interpela, la obra nos mira.

 

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

 

Autoría: Matías Del Federico, Daniel Veronese

Actúan:  Liliana Pécora, Walter Muni, Maia Lancioni, Gerardo Scherman, Merced UrgelSoledad Vázquez,

Trailer: Cielito, Julián Gil

Arte Gráfica: Cielito, Julián Gil

Asesoramiento de vestuario: Carla De Stefano, Sol Deangelis

Asesoramiento En Espacio Escénico: Carla De Stefano, Sol Deangelis

Producción general: Marcelo Rigl

Dirección: Emiliano Fernández

 

Duración: 75 minutos

Clasificaciones:Teatro, Presencial, Adultos

 

 

Duración: 75 minutos

Clasificaciones:Teatro, Presencial, Adultos

 

 





Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

    Ana Abregú, escritora, con formación en ingeniería electrónica trabaja como SEO posicionamiento y Community Manager, ha publicado novelas, poemarios, relatos, ensayos y crítica literaria. Editora y redactora de la revista Metaliteratura. (http://www.metaliteratura.com.ar), shop de libros editados: http://shop.metaliteratura.com.ar. Obras: SO( Crónicas Octubre 2024 –diciembre 2024), crónicas, enero 2025; INTRꜴVERSIÓN, poemario, enero 2025; Novela en curso, ensayos, enero 2025; Terrorrisa, ensayos, enero 2025; Borges comentado, ensayo, crítica, enero 2025; Ante (Crónicas, septiembre 2023 – diciembre 2023), crónicas, Enero 2025; Tiples (Relatos, enero2025); Viceversa (Crónicas, Enero 2024 – Septiembre 2024), enero 2025;Didascalias , (Artículos dramaturgia julio 2024); Bitácora de escrituras, Recursos literarios, 2024, U (Crónicas junio 2023 – agosto 2023), crónicas, 2024; E (Crónicas enero 2023 – mayo 2023), crónicas, 2024; Ulises en su laberinto, ensayos, junio 2024; Las razones de la sal, novela, enero 2024; Venablos, poemario, 2023; A (Crónicas, agosto 2022, diciembre 2022), 2023; Errancias del ayés, relatos, 2023; Conversaciones con Žižek, relatos, 2023; Blogs para el posicionamiento, SEO posicionamiento, informática, 2022; O (crónicas 2022 – agosto 2022), 2022; Ignitos, relatos, 2022; Y (Crónicas, abril 2020 - febrero 2022), 2022; Teorema de la Lengua, poemario, 2022; Pentimentos. novela, 2022; Supay, novela, 2021; El Pallo Gelao, humor gráfico, 2021; Pareidolia, crítica literaria, 2021, Antí(eu)fon(í)as, poemario, 2021; Textorios, ensayos, 2021; Cíngulos, ensayos, 2021; Descontextos, ensayos, 2021; La mujer fingida, novela, 2020; Atrave(r)sar, poemario. 2020; Dédalo. novela. 2020; Ex criaturas. microrrelato, 2020; Señales del tacto, novela. 2020; Mover el punto, novela. 2019; El espejo deshabitado, novela. 2019; Paranoxia Dalí, novela, 2018; Adelaida Sharp en tu tiempo, novela, 2017. Se consiguen en Amazon.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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