Nocturno en la línea D: Hacé que la noche venga de Leonardo Oyola

La noche pareciera ser el momento predilecto del día para dar lugar a las historias de terror, y este caso no es la excepción. Leonardo Oyola ya no sorprende, pero esto no debe tomarse como una queja o un desprecio hacia cierta falta de originalidad. En Hacé que la noche venga, el autor recupera varios elementos de sus novelas previas y los pone a dialogar como sólo él sabe hacerlo, al ritmo de la improvisación propia de los músicos de jazz que se juntan para divertirse y hacer arte.

 

Ambientada en la Buenos Aires de 1939, la novela recorre parte de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Desde sus calles y avenidas al expansivo subterráneo, pasando por el Jardín Botánico, el Zoológico, el Gran Rex y la confitería Odeón, Oyola describe un espacio familiar para el lector bajo un filtro blanco y negro que remite al pasado nostálgico del tango, pero también a las películas policiales de serie negra. La táctica de trasladar la acción al pasado nos remite a su primera novela, Siete & el Tigre Harapiento, cuya trama transcurre en el mismo lugar, pero en el crepúsculo del siglo XIX. Esto no impide que, en los personajes que estelarizan esta tramoya de gángsteres y empresarios corruptos, podamos reconocer elementos heterogéneos que integran ciertas aristas de la cultura popular: Peter Fox lo sabía (radioteatro famoso de mitad de siglo), los circos ambulantes y los freak shows, El sabueso de los Baskerville, las huelgas obreras, “Los crímenes de la calle Morgue”, el jazz, Mandinga, El exorcista y tantas otras historias más.

Los protagonistas difícilmente pueden jactarse de ser héroes tradicionales: un croto… digo… un atorrante que busca venganza por un compañero que resultó devorado por las sombras del inframundo y un ingeniero que se resiste estoicamente a las presiones políticas y económicas de continuar con la ampliación de las líneas del subte hasta que los reclamos sindicales sean atendidos por sus superiores. A esta dupla dispareja se le irán sumando otros aliados fugaces, como un cura mexicano y pistolero, un arrepentido y miedoso taxista del interior y un chino diestro y temerario que no sabe artes marciales (por favor, nada de caer en lugares comunes). Y, por supuesto, no hay que olvidar a la mascota, el Pichuco, un gato linyera al que le quedan varias vidas por perder.

A raíz de conformar esta precaria liga de marginales y desclasados (todavía no podemos hablar de descamisados) es que los muchachos (¿habrá alguna alusión a The Boys aquí?) deberán enfrentarse a dos enemigos bien opuestos: por un lado, un Cerbero del establishment ferroviario integrado por el Sr. Smith, Mr. Jones y el ingeniero Jacinto Bosco Herranz y, por el otro, al Dr. Francini, un ciruja que, como Salomón, adquirió un poder animal. La rivalidad y la enemistad que los vinculan a todos ellos están atravesadas por traumas y pérdidas del pasado que reflotan constantemente como un caño pinchado o una fosa séptica desbordada. Embarrados en la misma mierda, intentarán dilucidar un misterio que involucra varios crímenes evitables y sin relación lógica aparente.

Hacé que la noche venga nos habla de hombres sin dioses pero cargados de demonios, de rezos profesados al cielo para que nadie los oiga, de tiempos acelerados de prosperidad pausados por distintas tragedias, de una ciudad que no duerme porque le han robado sus párpados y de una canción tocada con instrumentos prestados. Así que sí, tocala otra vez, Leo, como sólo vos sabés hacerlo.

 

Oyola, Leonardo (2022), Hacé que la noche venga. Buenos Aires: Random House, pp. 248. ISBN: 978-987-769-243-3.

 





Ana Abregú.

www.metaliteratura.com.ar

Literatura latinoamericana

    (Argentina, 1991) Licenciado y Profesor Normal y Superior en Letras por la Universidad de Buenos Aires (FFyL-UBA). Adscripto a la cátedra de Problemas de Literatura Latinoamericana con el proyecto titulado “Ficciones especulativas: emergencia y contacto entre las poéticas de Macedonio Fernández y Jorge Luis Borges”. Es miembro activo de la Red Iberoamericana de Investigadores en Anime y Manga (RIIAM). Sus temas de investigación son la literatura argentina del siglo XX, por un lado, y los cruces entre canon literario universal y manga, por el otro. Ha publicado artículos en revistas como Puesta en Escena, Exlibris, BADEBEC y Orbis Tertius.

DESTACADOS

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

 

 

 

DRAMATURGIA

Almas de Griselda Gambaro por Ana Abregú

Soy una multitud. Cuando pienso o siento, ignoro quién piensa o siente.

 

[Fernando Pessoa].

 

Almas presenta  un intenso monólogo en el que la protagonista, Marion, entabla un diálogo consigo misma.

Marion ejecuta una impresionante transmutación al encarnar alternadamente voces que son un diálogo consigo misma; una forma de neutralizar la decepción que le produce las contradicciones de su realidad; logrado con una actuación de gran complejidad y profundidad. 

Dichas y desdichas del juego y devoción por la virgen por Ana Abregú

El teatro es un espejo que pone delante de los hombres a la realidad, con todas sus grandezas y sus miserias

[Lope de Vega]

 

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

[Williams Shakespeare].

 

Comedia alegórica con estructura del Siglo de oro español, y conexiones con el universo shakespereano. Comedia aurisecular escrita por Ángela de Azevedo, con la adaptación de Julieta Soria. En esta obra, el escenario se convierte en un tablero de juego donde el Demonio y la Virgen juegan con el futuro, simbolizando una batalla entre ambas fuerzas sobre el destino y la fe. La representación incluye elementos de juego y conflicto entre figuras religiosas, combinando temas de azar, fe y amor en la trama. También en contacto con El pleito del Demonio con la Virgen, de diversos autores, siendo la más común atribución a Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648), importante dramaturgo del Siglo de Oro español.

 

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

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