Mi vida vino a
Mi vida vino a
latir
en otro cuerpo,
aquel día entre
pastos y nubes y soles
escondiéndose
con vergüenza en la
tierra,
mientras los trenes
pasaban con una
frecuencia sin tiempo.
Las palabras sin rumbo aparente
se escribían en un aire dulce.
El flujo de ese texto
a punto de escribirse, escrito
desde siempre,
nos miraba riendo
por lo que sabía en secreto
del enunciado callado.
Silencios tenues y
tus ojos revelándose,
cuando el tiempo había dejado
de ser lineal,
y dependía de la alternancia
de nuestras miradas
esquivas susurrantes,
animadas al miedo
de ese tiempo
que no se había
inventado todavía.
Gritaba mi alma
callada,
espera tumultuosa
en el vértigo dibujado del beso,
promesa iracunda
erótica hermosa
de baile de cuerpos
esquivos de muerte,
desconsolada alegría,
inventando el mundo
imposible
al fin pronunciado
Denise Pascuzzo nació en Buenos Aires, el 4 de enero 1982.
Licenciada en Letras por la UBA e integrante del Instituto de Literatura Hispanoamericana. Es investigadora de la Universidad de Buenos Aires, participa en el grupo “Literatura Latinoamericana y visualidad” y en proyectos dirigidos por Gustavo Lespada y Andrea Ostrov. Organiza junto a Silvana Lopez, jornadas de literatura sobre escritores argentinos, que se realizan en el MALBA desde el 2012.
“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”
“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.
En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.
Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú
Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.
[Lema popular]
Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.
Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.
(Foto tomada de Internet)
Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú
«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».
(Henry David Thoreau)
El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.
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