Entre el grito y el suspiro

Sobre Respiración involuntaria de María Claudia Otsubo.

Como el aire penetra involuntariamente en los cuerpos insuflándoles vida, la palabra cargada de significados organiza el deseo sobre el papel dando cuenta de las voluntades ocultas que lo desatan, desgajando los fragmentos que lo provocan y lo repelen, lo recuerdan y lo cercenan, lo disfrutan y lo padecen. 

La vida, anclaje de la existencia, permiso incontrolable de las habitaciones de la memoria, es el reservorio inacabado del recuerdo de la sombra detrás de la que se esconde ese cuerpo otro, el de la palabra.

Capacidad o intención, orden o impulso, el deseo arma su juego y escatima sobre el papel la continuidad de su quehacer en la poética aclamada. El aire entra y sale impalpable e imprescindible -sigilosa existencia-; entra y sale regalando en su paseo interminable y promiscuo segundos de voluntad que se renuevan en cada salto; entra y sale y es absorbido, sorbido, modificado y vuelto a expulsar. Entra y sale maltratado, extraído de sí su germen vitalis es ya otro. Los cuerpo interminables, inabarcables y esclavos, imploran y se dejan invadir dóciles e insaciables solo para volver a ser presos de su deseo de ser invadidos y transformados nuevamente, a cada segundo. ¿Me llevas o me traes? La marea anárquica, impredecible y fatal como el aire quita el peso que cargan los cuerpos en su deseo desenfrenado y lujurioso por ser abastecidos del placer que requieren, que piden, que reclaman.

El triángulo que se repite -doblemente en el sexo que lo habita- perturba la unidad haciendo de la escena en fragmentos de cuerpo plagados de marcas, el aliento que sobrelleva la cadencia, el ritmo inestable de los versos. Impersonal, etéreo, el cuerpo que escribe es los cuerpos que son escritos por la palabra, nublando la escena de la que solo se dejan ver los bordes, finos pliegues de un todo embebido y amasado.

El cuerpo de la mujer repetido es uno mismo y es en los otros el sabor de la fruta no extinguible y mil veces nombrada y contenida, desnudada de prescripciones y ataduras ya no puede volver a ser definitivo ni de-terminado por la palabra.

Calados de referencias y agasajos, pertenencias e intercambios, se configuran los yoes que hablan y hacen hablar, son hablados por las letras que, mezcladas en un compás profundo y sentido, danzan inciertas sin identificarse así como los cuerpos mudan de sombras para dar cuenta de que el placer y el deseo, el amor y el olvido, no son solo formatos que se repiten en estructuras conservadas sino que fruyen como el mar, como la marea esbozada que lleva y trae los cuerpos y los sentidos a través del despojamiento de los preceptos y los mandatos. Dulce y triste de ausencias se permite la profundidad sin dejar ver las superficies que la contienen.

Los ruidos no son oídos allí donde recae la reformulación de la pasión irrefrenable en la que el sexo es conjugado en diferentes tiempos hasta quedar exhausto e indecible, sumido en un espacio inhabitado por la palabra, sugerido.

La incertidumbre del deseo aterciopelado se palpa en cada verso. Con cada poema, María Claudia Otsubo, en Respiración involuntaria,  desata en una imagen sin pudor, las posibles marcas que se atrevan a ser vistas ancladas en el aire; un cuadro esfumado en el que el deseo desgaja el cuerpo para ser deseado por el deseo mismo, para poder ser poema del olvido de ese cuerpo que, sobre el papel, insinúa y rememora sus fragmentos ardientes, dejando con su huella el paso eterno de la fugacidad.

 

 

    Estudiante de Letras en la UBA. Profesora de Lengua y Literatura en secundarios y en el Instituto de Formación docente N59 de General Madariaga. En Madariaga, coordina un espacio cultural que incluye biblioteca y taller literario

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

Dichas y desdichas del juego y devoción por la virgen por Ana Abregú

El teatro es un espejo que pone delante de los hombres a la realidad, con todas sus grandezas y sus miserias

[Lope de Vega]

 

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

[Williams Shakespeare].

 

Comedia alegórica con estructura del Siglo de oro español, y conexiones con el universo shakespereano. Comedia aurisecular escrita por Ángela de Azevedo, con la adaptación de Julieta Soria. En esta obra, el escenario se convierte en un tablero de juego donde el Demonio y la Virgen juegan con el futuro, simbolizando una batalla entre ambas fuerzas sobre el destino y la fe. La representación incluye elementos de juego y conflicto entre figuras religiosas, combinando temas de azar, fe y amor en la trama. También en contacto con El pleito del Demonio con la Virgen, de diversos autores, siendo la más común atribución a Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648), importante dramaturgo del Siglo de Oro español.

 

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

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