Lo que me es

Sobre Cixous Hélène, La llegada a la escritura, Buenos Aires: Amorrortu, 2015. 96p.

 

La escritura abre camino al deseo de desear, desear y ser deseado por la escritura que desgaja las certezas, desnuda levemente los rostros del amor y del deseo mismo en el ápice del placer del devenir escritura del cuerpo. El cuerpo de la letra, el cuerpo de las palabras. Yo mujer, cuerpo, palabra, deseo. Perversión del deseo de amor y de escribir, de ser escritura, de ser escrito, recorrido por las palabras-cuerpo del texto deseado por las mil lenguas de sentido que, embalsamado y fugitivo, se escurre por entre los espacios que deja la tinta impresa en la piel, cuerpo-horno, bollo tibio y suave. Embestida del bostezo que abre a la luz lo no dicho, lo no decible; que escupe la sangre derramada de las letras.

Desarma asustada. Refriega sus ojos, estira con fuerza -casi con vehemencia- sus brazos adormecidos.

Agazapada espera ser escrita por fin.

El nombre que hace decir enciende con fuegos arduos -fatuos- la dichosa candela tantas veces empañada de olvidos, oculta y expectante, ocultada y temida; y esos ojos que detrás del cristal esconden pasiones son ya arrastrados por el hálito de muerte y resurrección al que la escritura invita. Fiesta escandalosa y perversa. Ráfaga, escondite, vertiente invertebrada que, ajada de ser vista, se inmiscuye silente por los pasillos del gran laberinto ciego.

Hélène tu cuerpo es mío, me duele, me abre, me incita. Cubro de palabras pesadas y ajenas -eternamente ajenas y mías- mis hojas empañadas por el tiempo que se acumula en mis pupilas. Escribo que no quiero escribir.

No quiero escribir. Perseverar, perpetuar, permanecer en esta escritura que me retiene, me sostiene, me amenaza. La deriva de los días es ahí más ausente y cruel, me evade de sus placeres con perturbadora pereza, me revuelve, me envuelve y me devuelve a ese mismo lugar en el que nunca estuve o en el que debí estar. Desconocida, la palabra surge como manando con sus grilletes de miel y espesura, espuma blanda que sumerge y acaricia los cuerpos-sentidos que amalgama y disgrega en innumerables textos y la sed que atraviesa las paredes solo ablanda apenas el deseo de perderse. Encuentro. Comunión, escepticismo.

La belleza está oculta tras la monstruosidad de sus enigmas, tras la máscara que convierte en polvareda la inusitada sordidez del tiempo que trascurre sin descubrir. Discurre empapado de hastío a miles de inviernos.

Todas las mujeres que soy me abisman, me atraviesan con sus húmedas e inaudibles voces. Quiero escribirlas y no puedo asirlas. Me gritan juntas su escándalo anhelante, me atormentan, me desnudan a mí misma en mi deseo de serlas, de habitarlas, de perturbarlas y finalmente de escribirlas.

 

Tímidamente, la sangre espesa y tibia fue cubriendo de a poco sus ojos.

 

    Estudiante de Letras en la UBA. Profesora de Lengua y Literatura en secundarios y en el Instituto de Formación docente N59 de General Madariaga. En Madariaga, coordina un espacio cultural que incluye biblioteca y taller literario

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

Dichas y desdichas del juego y devoción por la virgen por Ana Abregú

El teatro es un espejo que pone delante de los hombres a la realidad, con todas sus grandezas y sus miserias

[Lope de Vega]

 

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

[Williams Shakespeare].

 

Comedia alegórica con estructura del Siglo de oro español, y conexiones con el universo shakespereano. Comedia aurisecular escrita por Ángela de Azevedo, con la adaptación de Julieta Soria. En esta obra, el escenario se convierte en un tablero de juego donde el Demonio y la Virgen juegan con el futuro, simbolizando una batalla entre ambas fuerzas sobre el destino y la fe. La representación incluye elementos de juego y conflicto entre figuras religiosas, combinando temas de azar, fe y amor en la trama. También en contacto con El pleito del Demonio con la Virgen, de diversos autores, siendo la más común atribución a Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648), importante dramaturgo del Siglo de Oro español.

 

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

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