Para continuar su camino

Meandros, sobre Jorge Ader

El deseo de escritura suele ser un mar calmo y dulce en el que los cuerpos excitados, impulsados por vertebradas -y a veces dolorosas- convulsas de reticente trascendencia, ansiados de existir, embeben sus extremidades en sus endebles y ambiguas aguas, espesura de miel y metal ambarino que corroe la pálida y sedosa superficie que anhela, espía y roza. Escribe.

 

Su devenir implacable invade de cuajo hasta sus más recónditos espacios: la lectura es vil porque dirige -o redirige- los sentidos diseminados. Acérrima, extenuante -y extenuada- revela o descubre o ansía puntos de contacto entre sus líneas y otros textos, otras ficciones, otras vidas, otras lecturas, otras otredades. Su flujo es inmanente, cambiante y por-venir; sin embargo su evocación a priori es peligrosa ya que sus deseos fáusticos, endemoniados y en pugna, pueden hacer caer sus débiles fibras de exuberante belleza sobre llamas que obturen aquel primitivo deseo trastocando su ansiado elixir de manera que, huraño, en el momento del retorno, devuelva fragmentos de una celada hilados solo por aspiraciones de continuidad.

 

La escritura transformadora es transformada en instrumento de dicción y Jorge Ader la toma en sus avatares para hacer desfilar -amoroso y vital- una trayectoria colmada de heterogeneidades que contribuyeron a construir una existencia ligada a innumerables, diversos y exitosos ámbitos que atraviesan la vida, la familia y los negocios, la academia y las instituciones, en concomitancia con una filosofía pareja y de admirable solidez a lo largo de sus íntimos y éxtimos recorridos. Los negocios, la filosofía y la familia constituyen el núcleo de existencia que esboza el conflicto resuelto de una vida en plena apertura y deseosa de caminar en torno siempre de sus brillantes pasos.

Seducido por una trascendencia alcanzada ya por otras publicaciones, redobla su apuesta con Meandros para redescubrir la escritura y sus pasillos secretos insinuando y exhibiendo las bambalinas de una trayectoria implacable de principios y valores, innovadora en su especificidad y sensible en sus bases dando cuenta de los beneficios alcanzados. Su admirada y orgullosa visión de los caminos recorridos que van y vienen, disertan y reflexionan a través de disciplinas que, emparentadas, consiguen aumentar su valor, resalta a la vista y logra un efecto sobrio de espejismos anonadados y emparentados que iluminan su escritura de soberbia y ambiciosa amplitud.

Los apuntes corregidos y recopilados, reescritos y seleccionados, las confesiones y secretos develados, desean revelar una vida incólume y prolífera, alabada por pares y siempre sostenida sobre confortables cimientos que, encofrados por citas de relevancia académica, diversifican y amplían un panorama alentador permitiendo elevar la apuesta logrando una marca firme y límpida de ansiada trascendencia.

Meandros, Voria Stefanovsky, 2017.

 

    Estudiante de Letras en la UBA. Profesora de Lengua y Literatura en secundarios y en el Instituto de Formación docente N59 de General Madariaga. En Madariaga, coordina un espacio cultural que incluye biblioteca y taller literario

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Los ritos ardientes de Julio Barco por Nicolás López Pérez

En esta presentación, además del material del poeta Julio Barco, convocante, provocativa, inspiradora, destaco el trabajo del escritor, crítico, abogado Nicolás López Pérez, su generocidad lo antecede. Ya tenemos en nuestra revista exhaustivos comentarios sobre la obra de ambos, además de colaboradores desde otros países.

La obra de Julio Barco nunca se despide de la vieja Lima, instaura una actitud permanente de traza del nuevo siglo y el antiguo, con una poética de rememoraciones, melancolía, causas, amores, lugares, una danza procaz apasionada y en estado permanente de exhorbitancia poética con una estrategia de seducción de voz y cuerpo, conseciones al discurso y estética del nuevo y viejo esquema de tributo a su época la Internet.

Leemos a Nicolás Lóepez Pérez, en este trabajo crítico sobre su obra.

 

DRAMATURGIA

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

Las Bingueras de Eurípides de Ana López Segovia por Ana Abregú

Suerte, risas y mucho bingo. ¡Prepárense para gritar '¡Bingo!'! La emoción del dabber.

[Lema popular]

 

Divertida propuesta que remite a diversos estilos teatrales, así como referentes eclécticos.

Dionisia –Mar Bell Vazquez–, mito griego, baja a la tierra; y como el primigenio, se aboca a remover la estructura social conmoviendo la forma tradicional de subyugación de mujeres. Dionisio toma cuerpo de mujer para acompañar el proceso de empoderamiento. Eco entre formatos que se extienden entre géneros de humor basado en la expresividad corporal y diálogo punzante.

(Foto tomada de Internet)

Mi novia del futuro de Anto Van Ysseldyk por Ana Abregú

«¡Como si se pudiera matar el tiempo sin herir a la eternidad!».

(Henry David Thoreau)

 

El viaje en el tiempo es un tópico complejo, sobre todo durante una obra teatral, donde la comparación entre temporalidad se debe resolver en un espacio reducido. Esta situación se metaforiza en un escenario con elementos de luz y desplazamientos en espiral, haciendo y deshaciendo el tiempo en el espacio, tal como se define el tiempo mismo, una tela, una autopista peraltada.

 

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