Proyecto Err—or: en las odiosas fallas de computad

Un grupo de artistas digitales convoca a usuarios de computadoras a enviar archivos de las irregularidades imprevistas que se generan durante su uso cotidiano. Y a partir de las obras invitan a reflexionar sobre los límites de las máquinas y sus posibilidades creativas.

Atención perfeccionistas: puede fallar… Cualquiera que se sienta delante de un monitor lo ha comprobado alguna vez. Cuando al encender la PC ésta emite sonidos extraños; si ejecutando un programa se "cuelga" la pantalla; o por falta de memoria se genera una superposición de líneas, colores e imágenes inéditas, estamos en presencia de una obra de arte. Por los menos así lo dictaminó un grupo de jóvenes artistas que se hace llamar Joystick, al subir a la red el Proyecto Err—or, un modo de acercarse a las máquinas desde su costado más vulnerable y al arte desde el más experimental. Cultores del Glitch Art (del alemán `glitschen', deslizar; arte inspirado en errores digitales) los miembros del colectivo Joystick crearon un archivo público en Internet, donde reúnen las creaciones imprevistas de los internautas que explotan las potencialidades estéticas de los pequeños errores de programación. Desde su plataforma online, Joystick recibe archivos de imagen, video y sonido, en distintos formatos, con una breve explicación de cómo se produjeron estos instantes de caos digital. Siempre teniendo presente que este tipo de imágenes y sonidos pueden obtenerse voluntariamente, aunque nunca sean iguales a los surgidos de forma espontánea. Los que manejan este Joystick son los colombianos Andrea Gómez y Ricardo Duque, con la colaboración de Juanjo Fernández del sitio Gnoma.org. "Durante esta primera etapa estamos construyendo un archivo de imágenes, videos y audio (The raw archive). El contenido de este archivo son todos aquellos errores que no han sido modificados aún, es decir, errores 'puros' que pueden resultar de fallos de compresión, errores causados por procesadores de baja potencia, etc…", explican sus miembros. En una segunda etapa, el material publicado online estará a disposición de los internautas para que lo modifiquen. Y el final del proyecto tendrá formato de muestra audiovisual, donde los trabajos elegidos serán manipulados en directo, dándole una cuota más de protagonismo a las máquinas en la obra final. Err—or es tan solo uno de los proyectos de este colectivo artístico que incursiona en múltiples experimentaciones en el ámbito del Net.Art. Carpeta sin título es otro. Se trata de una serie de programas ‘fantasmas’ de radio transmitidos vía Internet a través del sitio Burn.Fm, también al mando de Joystick. Allí, además de escuchar radio online, se pueden ver, simultáneamente, imágenes referentes al audio o leer algún texto que funciona como apoyo al contenido. "Creemos que es una forma más coherente con el soporte (la red) y las posibilidades que ofrece", dicen a la hora de explicar este proceso de escuchar mientras se miran los contenidos de apoyo que llaman ‘Radio con pantalla’. Desde su sitio, Joystick también se conecta con otros cultores del Glitch Art. Tony Scott (alias Beflix) e Iman Moradi (alias Organised), son dos artistas de la movida que se reunieron para editar un libro de imágenes que responden a esta estética, generada, entre otras variables, por la mano del azar. Los fanáticos de la tecla captura de pantalla, tendrán tiempo hasta el 20 de marzo para hacer sus contribuciones, que serán seleccionadas y editadas durante 2005 en 'Visual Glitch Art and Aesthetics'. Otro miembro de la comunidad Glitch es Brent Gustafson quien, desde la galería online de Assembler, considera a los videojuegos como una parte vital de la sociedad, más que cualquier otro medio, ya que incluyen música y películas en el formato de "las nuevas generaciones". De esta forma, el creador invita a observar obras de arte a partir de los Arcade, Atari o Game Boy, e incluso el chip de sonido del Nintendo, todos manipulados. El arte digital se distingue del creado a partir de otros medios porque ha sido generado dependiendo intrínsecamente de computadoras. Dejando algunos puntos fuera de discusión, el grupo [f0.am], se dedica a pensar y debatir sobre la "tipología del error: arte digital y glitch". Además de exhibir una vasta galería virtual, distinguen dos formas de entender el fenómeno: el glitch como movimiento estético y, a su vez, como componente del proceso artístico, donde los errores de software, hardware o wetwere -aún los inesperados- son una fuerza creativa extra en medio de la batalla entre el hombre y la máquina. Y convencidos de las "ventajas" de las fallas digitales y los límites indefinidos en el ámbito artístico, llevan como lema lo que alguna vez sentenció el genial Albert Einstein: Quien nunca comete un error, jamás ha probado algo nuevo. Marcela Mazzei. email, clic aqui Ref: Nota de Clarin.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

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