CRETINISMO

Las invasiones Bárbaras

Con numerosos premios ganados en todo el mundo (Mejor Guión y Mejor Actriz en el Festival de Cannes 2003, nominaciones como Mejor Película Extranjera en los Golden Globe y en los Oscars), Denys Arcand vuelve a presentar a los personajes creados hace 17 años para su exitoso y premiado film La decadencia del imperio americano (1987). Tratando de que su pequeña historia tenga una correspondencia con la Historia, para este realizador la caída imperial debe continuarse con Las invasiones bárbaras. (No obstante, y como veremos más adelante, la elección de los títulos hace pensar más en un juego de palabras que en algún rigor histórico). Rémy padece una enfermedad terminal y se encuentra internado en el hospital. Su ex mujer, Louise, pide a su hijo Sébastien que vuelva de Londres, donde está desarrollando una brillante carrera en el campo de las finanzas, para estar junto a él. Sébastien tuvo muy poca comunicación con su padre en los últimos años, pero vuela hasta Montreal y, una vez allí, trata de comprar el máximo confort para su progenitor. Haciendo gala del poder del dinero y, al mismo tiempo, poniendo en evidencia la corrupción que el film supone presente en todos los ámbitos de la vida, Sébastien reúne a los amigos, los colegas y las amantes de su padre. Una vez que el cuarto del hospital se llena de “viejos conocidos”, comienza un desfile incesante de frases ingeniosas y un esmerado recorrido por los principales hitos de la sociedad burguesa del siglo pasado. Entre las reflexiones de los personajes, hay una que resalta especialmente: a lo largo del siglo veinte ciertos grupos de la burguesía habrían pasado por todos los “-ismos” posibles, marxismo, trotskysmo, existencialismo, estructuralismo, etc.; pero sólo uno de ellos parece haberse mantenido constante: el cretinismo. Y, muy coherentemente, tal es la actitud general que caracteriza a Las invasiones bárbaras. Amparándose en la nostalgia de un tiempo mejor, Denys Arcand apela a todos los recursos disponibles para ganarse la simpatía del público, construyendo su espectador ideal en la figura de un burgués de clase media alta, con pretensiones intelectuales, cierta incorrección y progresismo políticos, y un inconfundible amor por la “alta cultura”. Rémy está absolutamente convencido de que hemos entrado en los tiempos de las invasiones bárbaras: “Uno no puede viajar a Nueva York por miedo de que un musulmán loco decida matarlo”, afirma en uno de sus cínicos comentarios. Para este profesor de historia, la civilización que comenzara con Dante y Montaigne está a punto de desaparecer. Además, suele quejarse de las diferencias generacionales –“mi hijo es un capitalista ambicioso y puritano, mientras que yo he sido siempre un socialista sensual–, y pasa largas horas añorando el período “libertino” de su vida.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

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