IL FUTURO È GIÀ STATO

“Il futuro è già stato”. Traducción y comentarios de un fragmento de El árbol de Saussure de Héctor Libertella por Annabella Canneddu

Le statue sono sempre in movimento,

fino a che non trovano la loro forma.

A quel punto, si placano.

(Attribuito a ALEISTER CROWLEY)

 

“Il futuro è già stato”. Traducción y comentarios de un fragmento de El árbol de Saussure de Héctor Libertella por Annabella Canneddu

 

IL FUTURO È GIÀ STATO

 

Le statue sono sempre in movimento,

fino a che non trovano la loro forma.

A quel punto, si placano.

(Attribuito a ALEISTER CROWLEY)

 

COME sarà – si chiede Giorgio Agamben[1] – la natura dopo il giudizio universale? Le cose resteranno così come sono, irreparabilmente, ma sarà appunto quella la novità, l’essere proprio e soltanto così.

Ora sono assolutamente soggette, abbandonate al loro essere così. L’albero del ghetto non modifica più i fedelissimi del bar, ancora assorti con i gomiti appoggiati al bancone.

Anzi. Fuori, in mezzo alla piazza, l’idea di “albero” è sfumata. Rimane solo un po’ di tronco con rami e foglie, soggetto al suo essere tale e senza niente che lo leghi a qualcosa. L’Altro è scomparso e non c’è simbolo che tenga.

[…]

 

IL FUTURO è già stato?

 

IN UN mondo più concreto di quello di Agamben – senza tanti prima né poi – Winfried Hassler assicura, invece, che il Giudizio Universale è sempre in arrivo: «viene e va, proprio come la morte».[2]

Il fantasma che si aggira nel ghetto dona alle cose una memoria retrospettiva di quello che verrà.

E qui, anche la letteratura si identifica con il fantasma. «Essa è» conclude Hassler, «come l’eco di un suono che non c’è ancora stato»[3], o che mai ci sarà.

(pp. 93-95)

 

 

Il futuro è già stato. El capítulo final de El árbol de Saussure (2000) retoma esa frase que aparece a modo de pancarta y que se ha convertido en una de las más icónicas de Héctor Libertella; ¿cómo traducirla al italiano? “Ya fue” es algo que “ya pasó”, que en italiano se diría “è passato”, con una nota de alivio en la voz por algo que se percibía como peligro, o bien, con una nota de fastidio por algo que ha pasado de moda. En italiano, el participio pasado passato coincide con el sustantivo pasado, en el sentido de un tiempo anterior al que estamos: “Il futuro è passato” sonaría literalmente como “El futuro es pasado”, una elección de traducción demasiado atrevida, incluso como estrategia de abusive fidelity  -teorizada por Jeremy Munday, quien también tradujo a Libertella al inglés (texto aún inédito). Consideré entonces que la solución podría estar dentro del texto, en el trabajo de la traducción misma. Efectivamente, la encontré poco después, en el capítulo Cuatro, en la reproducción fotográfica del célebre poema de Augusto De Campos: “Tudo esta dito”, que había traducido años antes, para una asignatura del máster, como già, por una cuestión de métrica: “Tutto già detto”, ese mismo ya sopló la ayuda para el caso de la pancarta [manifesto]: “El futuro ya fue”. La misma frase, “Todo está dicho”, había retornado aquí, en el mismo capítulo final: tutto tornava.

El capítulo Siete y también, el texto de Libertella, gira en torno a esa frase-manifiesto, que se repite hasta convertirse en pregunta y al mismo tiempo, ponerlo en duda, en las páginas finales. La traducción se ha ajustado, por lo tanto, a ella, comento a continuación algunos de los casos.

La citación en exergo atribuida a “Aleister Crowley” debía mantener el mismo equilibrio entre el peso del contenido y la levedad de la forma, de ese modo, “si placano” me pareció la solución más cercana a ello, por inmediatez y también por el vago reverbero romanesco,

La cita de La comunità che viene de Giorgio Agamben (de quien también se toma el concepto de “lector cualquiera”): “justamente ésta sería su novedad, ser justo y sólo su así”, tras vueltas explicativas – siempre innecesarias – lo traduje mediante una operación simple, en forma literal: “sarà appunto quella la novità, l’essere proprio e soltanto così”, con el así en cursiva, sin más.

En el fragmento siguiente, se tematiza la barra (del bar/del signo): la presencia del ya en la frase-resumen del texto dicta la estrategia general: elidir, simplificar. La sbarra, el bancone, la barriera, también en italiano, simplemente son una barra. Con “sus codos apoyados en la barra”, “los parroquianos del bar” beben. Inmediatamente después se da a leer un juego de palabras, que adelanto, se perdió en traducción. Hay un desplazamiento desde la escena de los avventori del bar, de la copa que beben a la copa del árbol plantado en el medio de la plaza, que ellos miran desde el bar; dado que en el párrafo anterior, el árbol se quedó sólo “un po’ di tronco con rami e foglie”, decidí privilegiar la acepción de fronda y descartar la de bicchiere (lo mismo que ocurría en el capítulo Cuatro con la “copa llena de loros”: allá también era inferible la doble acepción de calice/fronda “con la copa llena” y “la copa llena de loros”), doble sentido que también se perdió en traducción. Omitir ese juego, sin embargo, no significa perderlo todo; traducir es negociar y el dejar algo siempre se corresponde con una recuperación: si no es en esta traducción de Libertella, será en otra (por usar una metáfora contable, el dare siempre va a coincidir con el avere en el balance final).

En el párrafo, que se omite en el fragmento presentado, reaparecen los personajes del texto, Freud, el pescador, los loros, De Campos, Kandinsky, un párrafo en el que volví a la literalidad de cada uno de los pasajes para consolidar el vínculo intratextual.

Al considerar lo extratextual, la literalidad también fue la solución para la cita de Macedonio Fernández: “No toda es vigilia la de los ojos abiertos”, que Libertella transcribe antes de que aparezca la palabra FIN – repetida por los loros al infinito –; “Non tutta è veglia quella a occhi aperti” permite seguir el orden sintáctico de los formantes del idioma original, también, el adagio italiano: “Non tutto è oro quel che luccica”.

El último párrafo requería como tal una atención especial a la forma y al ritmo. Conservo la serie de opciones anotadas en lápiz en la última página de la edición original, varias combinatorias posibles, antes de encontrar la que más se acercara al equilibrio, no solo verbal, sino también melódico de la composición que despliega Libertella. Aquí algunas de las opciones descartadas y sus motivos: “In un mondo più concreto di quello di Agamben, senza molti prima né dopo”: demasiado literal. “Viene tutto il tempo, arriva poi passa, come la morte stessa”: expresión separada por una coma y fuertemente literal en el final. “Una memoria retropettiva di ciò che verrà”: literal, era preferible “quello che sarà”. Lo mismo para la frase final sobre “l’eco di un suono che non è ancora accaduto”, o “non si è ancora realizzato”, o “non ancora effettuato”, que traduje como “che non c’è ancora stato, o che mai ci sarà”, por simplicidad, ritmo y efecto de cierre.

He comentado aquí algunos de los procedimientos y tomas de decisiones que han guiado la traducción de este fragmento de El árbol de Saussure. Asimismo, no quiero dejar de recordar lo leído en un artículo de la revista El Trujamán, que traduje hace una década, en la que se trabajaba el automatismo en la traducción, y que lamentablemente no encuentro en mi archivo y por lo tanto, no puedo citar, pero, allí críticamente se señala que en ciertas ocasiones es recomendable que los procesos decisionales en el trabajo de traducción, ocurran de modo natural, casi involuntario – o mágico –, sin que el mismo traductor, a veces, los sepa descifrar. Algo de esto sucedió en mi proyecto de traducir a Héctor Libertella.

 

El texto es un extracto de la versión italiana de El árbol de Saussure que se publicará con la traducción de Annabella Canneddu por Edizioni Arcoiris en los próximos meses. La revista Metaliteratura agradece a Edizioni Arcoiris por haber concedido generosamente la publicación de este texto.

 

Héctor Libertella. L’albero di Saussure Un’utopia. Traduzione di Annabella Canneddu. Revisione di Raul Schenardi. ISBN 979-12-81731-05-9. Collana: Gli eccentrici. Direttore della collana: Loris Tassi © 2024, Edizioni Arcoiris, Salerno. Prima edizione settembre 2024 Riservati tutti i diritti.

 

 

Annabella Canneddu (Alatri, Italia; 1990) es traductora. Ha trabajado la obra de Héctor Libertella en su maestría (Premio ASELIT 2017) y tesis doctoral (Mención Internacional con una estancia de investigación en la UBA y tutoría de la Dra Silvana López). Su traducción de El árbol de Saussure es la primera del escritor en lengua extranjera.

 

 

 

 



[1] La comunità che viene, Torino, Einaudi, 1990.

[2] Der sinn und die wut, Berlino, Jospin Verlag, 1997, p. 32.

[3] Ibidem.

 

    (Alatri, Italia; 1990) es traductora. Ha trabajado la obra de Héctor Libertella en su maestría (Premio ASELIT 2017) y tesis doctoral (Mención Internacional con una estancia de investigación en la UBA y tutoría de la Dra Silvana López). Su traducción de El árbol de Saussure es la primera del escritor en lengua extranjera.

DESTACADOS

¿Puede una IA escribir con la profundidad de un ser humano o hacer literatura?

Llevo días escuchando dos palabras como si fueran un mantra que define a la IA, conceptualmente distorsionados y desemboca en conclusiones equívocas.

Las palabras: algoritmo y probabilidad.

Algunos datos técnicos no vienen mal para acercar la comprensión sobre qué es la IA.

Imaginen tener una agenda, que tiene solapas con el alfabeto (se ven en librerías de papel), hay una búsqueda con ese criterio alfabético. Ahora, dentro de cada letra, otra agenda, de nuevo con la organización alfabética, y dentro de esta otra, y así. Para una búsqueda dentro de esta organización,  igualmente con el criterio de orden alfabético (espero estén advirtiendo la dificultad de recorridos), siempre empezando desde la A y abriéndose camino en las diferentes agendas, unas dentro de otras; un árbol de datos. Esto es un algoritmo que con la velocidad actual de los chips no parece complicado. Sumemos la predicción: la probabilidad que habiendo entrado con una letra, la próxima sea alguna determinada. Por ejemplo, entro con una consonante, hay más probabilidad que la próxima sea una vocal. Con ello empiezo una búsqueda ahorrando entrar por consonantes y con eso reduje el “camino” a 5 vocales. Es un ejemplo algo burdo, pero ilustra las dos palabras: algoritmo y probabilidad. Los algoritmos de búsqueda están muy afinados a raíz de la tecnología blockchain de las Criptos.

PERSONAJES

Florecidos miles de estallidos

Sergio Ojeda Barías, Berlín. Santiago de Chile: Mago Editores, 2024.

[Un libro de Sergio Ojeda Barías (Puerto Natales, 1965) es un acontecimiento en este siglo. De Pedazo de mundo (2000) a Tardanza del fuego (2007), Berlin es un libro introspectivo, para celebrar, para transitar entre los poemarios escritos reescribiéndolos. Este poeta chileno crea campos magnéticos en que las palabras vibran y los cuerpos también. Berlin es un libro de la esperanza, de una vida por delante, de una obra como horizonte].

La primera vez que tuve noticias de Sergio Ojeda Barías fue en 2016. Eran mis años de la avidez literaria, tenía varios cuadernos de proyectos de poemas, no conocía a nadie que publicara ni que enloqueciera con la literatura. MAGO Editores publicitaba unos talleres de poesía semanales impartidos por el referido. No recuerdo exactamente el día, pero después de la oficina, tenía esa reunión de poesía, un ese espacio vista Pio Nono (la vereda desde la que estuve mirando por más de un lustro), Piso Diez, como la altura en la que se desarrollaba, fue el nombre que Max González le dio al taller. Recuerdo a otros talleristas, Cristian y Francisco. Nunca más los volví a ver: uno parecía un buen lector de poesía y literatura chilena y el otro trabajaba como captador de clientes en una ISAPRE. Yo había tenido la experiencia de talleres en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile), pero estaba lejos de una voz poética (¿lo sigo estando?).

 

 

DRAMATURGIA

El 24 a la noche de Andrés Terigi por Ana Abregú

Dale una máscara y te dirá la verdad.

Oscar Wilde.

El formato de esta obra relaciona tradiciones desde una perspectiva panóptica. El personaje que recibe al público remite a la frase “te voy a contar una de piratas”: la obra comienza con el ingreso del primer espectador, haciendo de este personaje un mediador o “guardián” lúdico del discurso teatral, que introduce al público en un mundo de ficción cargado de significados.

Bajo un manto de estrellas de Manuel Puig por Ana Abregú

“Una especie de solidaridad tácita une a los extraviados y a los solitarios”

“Una revolución en las costumbres” en Bye-Bye, Babilonia, crónicas de Nueva York, Londres y París.

 

 

En esta obra se siente “una especie de solidaridad entre extraviados”, “es exactamente como lo imaginé”, se dirá recursivamente en la obra. La frase describe el sino de la época: la educación sentimental  provenía de escuchar la novela radial; el relato se reconfiguraba en el oyente, punto en común entre las clases: la pareja mayor, dueños de estancia; la pareja de misteriosos visitantes, adultos; y la niña de la casa, adoptada; revelan los sueños que nacieron en la era de las telenovelas y su influencia como parte de la penetración cultural que accionan el hecho constructivo del imaginario y los desvíos que propone el foco en la ilusión, en un ambiente endogámico que detona con diversas resonancias. El relato oído alimenta un romanticismo en el que cada personaje fantasea e imagina el objeto del deseo.

 

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