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La vorágine y las entrañas verdes de la tierra.

Dos veces Rivera, los comienzos de la lectura. La vorágine se publica en 1924 y Rivera, autor y político, abre con ella en la sociedad colombiana un juego de construcción novelesca. Para entramar el tejido textual puede valerse el autor de cuanto mecanismo encuentre o invente. El texto presenta, para el país de gramáticos, una historia que se confunde con la propia vida del autor.

De máscaras y fracturas

De máscaras y fracturas: Una lectura de El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, Cecilia Gonzalez Gerardi Estudiante de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos Aires celezdi@gmail.com "...leer no es un gesto parásito (...), es un trabajo con el lenguaje, al nombrar los sentidos, digo al leer, que es nombrar y renombrar los sentidos, estoy oculto en las redes de mi estrafalaria maquinita de lectura. Creo que todo lector crítico es apócrifo, puesto que en las travesías tejidas por su mano y su mirada se deshacen la legalidad del origen como causa finalista del sentido y la negación de la fuga inasible de la palabra." Roberto Ferro, El lector apócrifo

Roberto Ferro en: Onetti y “La máscara del origen”

En Onetti/ La fundacíon Imaginada Roberto Ferro desarrolla una lectura crítica de la obra de Juan Carlos Onetti, considerándola un único texto. Desde la introducción, “Palabras Preliminares”, el crítico establece tanto la línea de pensamiento que sigue en su lectura, como su método de acercarla (exponerla). Trata el texto onettiano como un tejido compuesto por una red “entramada de acuerdo con una contra-lógica” la cual intenta seguir a la deriva de sus cortes y reconexiones.

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