Sin palabras y en la sorpresa total, está mañana después de recibir la noticia caminé dentro de casa por el pasillo hasta el consultorio, justo el tiempo que hubiese durado nuestro encuentro. Abatido sin saber siquiera qué sentir o qué pensar. No pude sustraerme sabiendo que las horas, los días por venir, iban a ser profundamente distintos. Te recordé diciendo "Hay que sentarse Mendez"
Desde aquella sugerencia de Germán García para que te contactara, allá por julio del 2014, hasta hoy sin intervalos transité un camino de aprendizaje lleno de emociones, fructífero. Primero la poesía, luego los cuentos, hasta mi primer novela. La segunda me dijiste en ese concurso no. Fíjate este otro. En la tercera me quedé solo, sin tu agudeza, sin el comentario preciso. Entonces caminaré sin olvidarte. Con tu voz en el intento de mis palabras.
Esta mañana esperando el link de los jueves para la oportunidad de las palabras y las letras.
Llegó tu ausencia.
¡Abrazo! Donde estés querido Roberto. Uno más fuerte como todos los jueves.
|